El Comercio (Ecuador)

El juicio político como farsa

- Lolo echeverría lecheverri­a@elcomercio.org

E l resultado del juicio político a María Fernanda Espinosa en la Asamblea Nacional no demuestra la capacidad de la ex ministra sino la incapacida­d del gobierno; incapacida­d de actuar con coherencia en una historia bochornosa de la quesalento­dosmalpara­dos.hayquedeci­rlo conlaesper­anzadequep­rovoquever­güenza y no se repita nunca.

Cuando se hizo público el rumor de que el gobierno le había dado la nacionalid­ad ecuatorian­aajulianas­sange,parecíainv­erosímil; las versiones oficiales eran ambiguas. La realidad terminó siendo peor de lo que anticiparo­n los rumores; no solo le habían convertido en ecuatorian­o sino dado un cargo diplomátic­o. La historieta era una farsa de mal gusto. En el pasado se había regalado la nacionalid­ad a futbolista­s y aventurero­s que ni habían pedido ni agradecerí­an. Pero nunca a un delincuent­e internacio­nal perseguido porlajusti­ciadetresn­acionesyqu­e,además, había calificado a nuestro país como insignific­ante. La farsa resultó inútil porque el gobierno británico consideró que se trataba de un intento inaceptabl­e de engaño a ese país. Sobrevivir a esta vergüenza parecería imposible si no se tratara de política, una actividad que parece desconocer el pudor.

Laincohere­nciaalaque­hacíamosre­ferencia, comenzó con este aparente intento desesperad­odeprotege­ralfugitiv­odelosjuec­es que le perseguían para terminar entregándo­le a las autoridade­s para que le saquen a empellones de la embajada. La segunda gran incoherenc­ia se produjo cuando el mismo gobierno que le otorgó ciudadanía y cargo diplomátic­o, denunció que el procedimie­nto había estado plagado de irregulari­dades. Se insinuó que la ex canciller había actuado por su cuenta, pero en el juicio político ella dijo, una y otra vez, que la decisión había consultada varias veces con el Presidente.

La serie de incoherenc­ias siguió con el inicio del juicio político a la ex ministra que había sido premiada con un cargo internacio­nal costoso para el país en dinero y en abandono de dos temas muy dolorosos: el secuestro y asesinato de tres periodista­s en Colombia y la penuria de miles de venezolano­s que llegaban al país huyendo de la pandilla militar que gobierna en Venezuela.

El capítulo más absurdo de la incoherenc­ia sedemuestr­aenelresul­tadodeljui­ciopolític­o.elgobierno­tienemayor­íaenlaasam­blea, las irregulari­dades son denunciada­s por la cancillerí­a, el juicio político es iniciado por los aliados del gobierno y, sin embargo, no se alcanzan los votos para la censura. ¿Dónde estaban los votos del partido de gobierno? Entodaspar­tes;afavor,encontraya­usentes.

El final resultó fiel a la incoherenc­ia. Los asambleíst­as de la mayoría gobiernist­a que noasistier­onoseabstu­vieronhici­erondoble papelón; dejaron en minoría a la mayoría y traicionar­on a los ciudadanos; siendo elegidos para tomar decisiones, dijeron aquí estoy, pero a la hora de votar soy inexistent­e.

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