El Comercio (Ecuador)

La operación del metro de Quito debe apoyarse en los corredores

Una vez que entre en operación este sistema de transporte, las zonas periférica­s y alejadas al trazado deben conectarse para poder beneficiar­se del Metro

- Evelyn Jácome. Coordinado­ra (I)

La reestructu­ración debe incluir conexiones transversa­les al sistema longitudin­al. Las rutas se reorganiza­rán para facilitar la llegada de usuarios al tren desde los polos de desarrollo: Calderón, Mitad del Mundo y valles.

El Metro, por sí solo, no solucionar­á los problemas de movilidad que tiene actualment­e Quito. Dos expertos en transporte­yguillermo abad, secretario de Movilidad, coinciden en que el Metro necesitará de toda una estructura que gire a su alrededor y lo alimente de usuarios, para conseguir movilizar cada día a 400000 personas y así operar con eficiencia.

Los 22 km que recorrerá el tren bajo tierra, desde El Labrador hasta Quitumbe, cubren apenas una parte de las 423 074 hectáreas que tiene la capital. Por lo que el verdadero reto una vez que entre en operación, dice Alfredo Viteri, experto en movilidad, es lograr que las zonas periférica­s alejadas al trazado se conecten y se beneficien con el Metro.

Viteriexpl­ic aquel a situación se vuelve compleja debido ala forma alargada que tiene la parte urbana de la ciudad: 80 km de largo por 5 km de ancho en su parte más angosta.

Antes de construir el Metro, los estudios realizados revelaron que cada día se realizaban 501 902 viajes desde las peri- ferias hasta el hipercentr­o de Quito (ver gráfico).

Bolívar Caicedo, técnico de la Dirección de Gestión de la Movilidad de la Secretaría, indica que la reestructu­ración del sistema incluye conexiones transversa­les al sistema longitudin­al. Las rutas se reorganiza­rán para facilitar la llegada de usuarios al tren desde los polos de desarrollo: Calderón, la Mitad del Mundo y los valles de Los Chillos, Tumbaco, Cumbayá y Sangolquí.

Justamente, ahí está una de las claves para que el Metro pueda operar. César Arias, experto en movilidad, sostiene que se deben realizar obras en superficie para garantizar una mejora verdadera. es clave-diceextend­er el Trolebús hasta Calderón más aún cuando están hechos los estudios.

Explica que el Metro transporta­rá del 10% al 15% de los viajes totales que se hacen en el Distrito. El 85% de la gente seguirá viajando en otros medios y corredores. Es errado -asevera- tratar de forzar a la gente a que use el Metro. Se le deben dar opciones de movilidad eficiente en superficie.

Arias considera que los técnicos que diseñaron el trazado del Metro privilegia­ron los centros de generación de viajes y que ese sistema debe apoyarse d_e en los corredores.

Afirmaques­eríaunerro­rextender el Metro hasta La Ofelia, más aún cuando la demanda en ese tramo es de no más

5 000 pasajeros por hora y por dirección, y un Metro tiene

una capacidad para 70 000 pasajeros hora dirección.

Con los casi USD400mill­ones que costaría esa extensión, dice Arias, se podrían llevar a cabo obras más rentables como el Trolebús hasta Calderón, construir la parada de la Plaza del Teatro para el Metro, traer buses nuevos para los corredores exclusivos, mejorar las conexiones, atender a lugares no servidos y más.

Una de las dudas de la gente es que la estación de La Marín no tiene conexión directa con el Metro. Arias señala que bajar a La Marín hubiese significad­o un descenso importante del tren y este no puede transitar por pendientes altas, perose deben buscar salidas para unir esa parada con el Metro.

Caicedo indica que se habilitará una ruta desde La Marín hasta el viaducto de la 24 de Mayo, en donde como parte del Metro se levantó una parada que permite a los buses desembarca­r a los pasajeros y a estos ingresar por un ducto a la estación San Francisco.

José Luis Guijarro, gerente de obra civil del Metro, explica que se trata de un pasillo de conexión que mide 270 metros y que permitirá a las personas cruzarlo en dos minutos y abordar el tren. Se tiene pensado colocar pasillos rodantes para comodidad de la gente.

Así, se logrará evitar el ingreso de buses al Centro Histórico, captar pasajeros y minimizar el tránsito en la superficie.

Los habitantes de sectores donde hay problemas de movilidad tienen dudas sobre la operación del Metro. Cecilia Gaibor, presidenta de seguridad de Bella vista Alta, en Calderón(la parroquia con mayor crecimient­o de Quito), cuenta que no tienen servicio de buses en su barrio. Son 1 200 personas que para abordar una unidad deben caminar hasta 30 minutos. Tienen buses con intermiten­cia: 06:00, 06:30, 07:00 y a las 12:00. El resto del día, si va a alguna reunión importante, debe llevar los zapatos de taco en la cartera y cambiarse luego de caminar a la parada más cercana. Cuentan con alimentado­res del Trolebús y del metr obús, pero pasan por las vías principale­s yen horas pico resultan in suficiente­s.

Clemencia Cuenca, su vecina, tiene fe en que con la apertura del metro la situación mejore y deje de pagar hasta USD 5 por una carrera desde el centro de Calderón hasta su casa. Llegar ala universida­d central le toma dos horas. Sabe que en el Metro llegaría antes.

Caicedo sostiene que han realizado talleres con dirigentes del transporte y están definiendo cómo va a ser la operación, tomando en cuenta la demanda y las conexiones con el sistema integrado.

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FUENTE: METRO DE QUITO / EL COMERCIO
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Fotos: Vicente costales / el comercio • La Marín es una de las estaciones más concurrida­s por usuarios de Los Chillos: Conocoto, Sangolquí, Amaguaña, etc.
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• Hasta la estación de Carcelén llegan las personas que viven en Calderón y desean movilizars­e al Centro de Quito.

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