El Comercio (Ecuador)

Carta a Jaime Nebot

- Grace jaramillo gjaramillo@elcomercio.org

M ucha agua ha pasado por el río desde 1996 cuando Abdalá Bu caram le ganó por muy poquito las elecciones presidenci­ales en segunda vuelta. Y ese poquito fue una coalición de izquierda que hizo todo lo posible por cerrar los ojos al populismo descontrol­ado, con tal de no elegir a un gobierno que considerab­an iba a ser de extrema derecha. Ahora, más de 23 años después, no sólo que hay otra tienda política que se ha posicionad­o a su derecha, CREO, sino que usted liderada el único partido institucio­nal que data de antes del regreso ala democracia en 1979 y donde se podría esperar –mínimament­e- que haya disciplina partidista. Hay quienes dicen que usted co gobierna o, por lo menos tiene idea de a dónde va el país. Quién sabe.

Preámbulo necesario para decir que empecé a escribir esta carta el día que usted se declaró feminista, creyendo –ojalá con razón- que usted puede zanjar el debate sobre la despenaliz­ación del aborto por violación, de una vez por todas. No sé si está consciente de que el principio más importante del feminismo es “estar consciente del lugar de privilegio” y luchar por eliminar la discrimina­ción en todas sus formas. Y nada, absolutame­nte nada, atenta tanto contra las mujeres que criminaliz­arlas por ser pobres, por estar asustadas y querer terminar un embarazo que para ellas es una tortura. Como ve, abogado Nebot, el debate no es la falacia que repiten: no se pueden salvar las dos vidas; para las mujeres que han experiment­ado el dolor de la violación o el incesto, ya fueron condenadas a una vida sin vida y no por casualidad muchas terminan en suicidio. Algunos le dirán que se puede salvar las dos vidas. ¿En serio cree que las más de 2500 niñas y adolescent­es quedan a luz cada año van a poder ser asistidas? Se da cuenta del ejército de trabajador­es sociales, centros de asistencia, casas de refugio y hogares sustitutos se necesitan? No es que la despenaliz­ación del aborto elimine el problema, sólo lo descrimina­liza, lo vuelve un problema de salud, íntimo, personal y no penal? Hasta Giscard D’ esta ing, católico convencido, cambió la historia de Francia entendiend­o la crisis social y de salud que vivían las mujeres.

Sinceramen­te no creo que pueda ganar la Presidenci­a en una segunda vuelta si es que usted no demuestra que tiene liderazgo en este tema y llama a votar por la despenaliz­ación no sólo a sus 16 diputados, sino a todas las demás bancadas políticas. La sombra de haber dado la espalda a las más pobres y vulnerable­s del país para que sean niñas, no madres, volcará a los grupos progresist­as a votar por cualquiera que sea su contrincan­te. Los demás líderes de bancada deberían hacer lo mismo, especialme­nte María Paula Romo –una feminista declarada- que controla supuestame­nte 43 diputados, de los cuales apenas 9 están declaradam­ente a favor. Si no se despenaliz­a el aborto por violación, cualquier declaració­n de feminismo o progresism­o caerá en saco roto.

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