El Comercio (Ecuador)

Afluencia de venezolano­s disminuye

Los viajeros van con la esperanza de entrar a Perú, a pesar de las restriccio­nes

- Washington Benalcázar y Jorge González. Redaccione­s Sierra Norte y Guayaquil (I).

Miles de migrantes venezolano­s aún se aferran al sueño de llegar a Perú, al cumplirse ayer dos días de la exigencia de visa

Los migrantes de Venezuela continuaba­n cruzando ayer de Colombia a Ecuador, por el puente derumic haca, con la esperanza de llegara perú, pese alas medidas de restricció­n que se aplican desde anteayer.

Una de ellos esangieac os ta, que junto con su esposo, su hijo de 4 años, su primo y una amiga que lleva a un pequeño en brazos, aspiran a llegar a Lima.

“Allá están mis padres y hermanos. No tenemos pasaportes ni visa, pero confiamos en que las autoridade­s nos ayuden”. Así comentó la mujer que, al igual que sus compañeros de viaje, permanecía sentada en la acera, mientras comían sopa y arroz con pollo, envasada en tarrinas y ubicadas en el piso.

Los adultos reunieron USD 2 para comprar un almuerzo, mientras esperaban realizar el trámite de ingreso a Ecuador.

La avalancha de viajeros fue mayor entre el miércoles y sábado último, comentó una f un me

cionaria de la Oficina de Migración, de Ecuador. Sin embargo, ayer disminuyó el flujo.

Aún no se han revelado cifras oficiales, pero se estima quede 6 500 que cruzaron la frontera el jueves último, los trámites diarios bajaron a 3 500.

Mientras algunos foráneos formaban fila, otros dormían y se alimentan en las aceras.

Hubo algunos que incluso arma ron una especie de carpas, con plásticos y mantas, para enfrentar el frío de la noche, que en esta zona del país desciende a 6°C.

A pesar de los inconvenie­ntes, un sentimient­o de esperanza acompaña a los viajeros.

José David Pinto, nativo del estado de Anzoátegui, tiene como destino Chile. Porta pasaporte, pero no posee visa.

Se enteró de la medida que impuso Perú mientras cruzaba Colombia. Antes ya estuvo en Ecuador y Perú, pero cree que hay más posibilida­des laborales en la nación austral. Piensa que le permitirán atravesar Perú, porque estará de paso.

Sueña con llegara esa nación y seguir enviando dinero a su familia que está en Venezuela. Pero el mayor deseo de este administra­dor de Empresas es llevar a sus padres a Chile.

El flujo de migrantes bajó en la frontera sur

La acumulació­n de viajeros en el Centro Binacional de Atención Fronteriza, en Tumbes, Perú, empezó a descender. El sábado último, la visa humanitari­apara entrara perú se extendió a 5000 ciudadanos, por debajo de los 8 000 que cruzaron el día previo.

Ayer, los extranjero­s inicia

ron el día con una llovizna que les causó molestias en sus trámites. Varios tuvieron que cubrirse con sábanas, abrigos, maletas, plásticos o paraguas. También tuvieron que resguardar sus documentos en fundas para evitar daños.

Las agencias internacio­nales, como la Organizaci­ón Internacio­nal para las Migracione­s (OIM) preveía para ayer una afluencia menor de 5 000 ciudadanos en Tumbes.

Ahí, además, se identifica­ron varios ‘cuellos de botella’, que generaron aglomeraci­ón. Algunos se quejaban que llevaban hasta tres días en el lugar y no podían ingresar a Perú.

Una de ellas fue Yusmari Monge. La mujer no podía sellar su ingreso pese a que llevaba dos días en la fila, junto a cuatro nietos menores de edad.

“Tengo ocho días viajando desde Venezuela. Estamos haciendo cola y los de Migración

sacaron de ahí para llevarme a otra oficina para el sellado. Luego una persona nos indicó que no querían venezolano­s ahí y perdí mi turno. Es muy humillante”, reclamó.

También Luis Hernández, otro viajero, cuestionó que se habilitaro­n 15 ventanilla­s para registrar la salida de Ecuador, mientras que para entrar a Perú se abrieron 30.

“Eso ocasionó demoras. Nos han tenido esperando horas y hoy (ayer) nos hemos mojado con la lluvia. Hay gente con niños pequeños”, señaló.

Otro de los problemas que se constató fue la confusión por las excepcione­s que garantiza la visa humanitari­a. Según esa garantía, las personas en extrema vulnerabil­idad, como niños, mujeres embarazada­s, adolescent­es y adultos mayores pueden entrar al Perú sin necesidad del documento.

También quienes tienen un

familiar residente en Perú. Varios migrantes que podían acogerse a esas condicione­s hicieron fila para obtener refugio al no contar con la visa.

Así lo hizo Yosmari G., quien inició el trámite de refugio tras 10 horas de espera. Ella llegó con un niño de 5 años. “Yo no sabía de esa excepción”.

Según Diana Gómez, coordinado­ra de Proyectos de Emergencia de la OIM Perú, hay un escenario nuevo que originó la visa humanitari­a, lo que ocasionó la confusión.

Es por ello que se ha ejecutadou­n plan con otras ong para orientara los viajeros .“hemos llegado al pico histórico más alto. Hay que cumplir ciertos trámites”.

La directiva comentó que se prevé una reducción importante de migrantes en los próximos días, porque bajó el flujo en las fronteras de Rumichaca y Cúcuta.

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Vicente costales / el comercio Washington Benalcázar/el comercio • Dos residentes de Tulcán reparten yogur y pan en el puente de Rumichaca.
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Washington benalcázar / el comercio • Antony Ávila (gorra), su esposa Angie Acosta, dos amigos y dos niños compartían anteayer un almuerzo en Rumichaca

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