El Comercio (Ecuador)

¿VISTA CORTA O CIEGA?

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Desde antes, las mujeres intentaban tener sus propios derechos, sus propios deseos, desde la educación que siempre fue desvaloriz­ada hasta la modernidad que ahora es el caso de despenaliz­ación del aborto. Han roto nuestros sueños, nos han limitado, nos han considerad­o como solo el género que lucha, que saca a las mujeres su propio ser interior y lo expone para sacar lo mejor de ellas, que han decidido tener una personalid­ad propia, han demostrado ser valientes desde la adversidad, desde sus trincheras porque son unas guerreras, porque necesitamo­s tener decisiones nuestro propio cuerpo, por creer que con el paso del tiempo la fuerza del Estado protegerá los derechos inherentes que como sociedad merecemos tener y que tanto estábamos buscando. Sin embargo, creen que somos débiles, que no podemos tener también superpoder­es como los demás, que somos solo el sexo más desvaloriz­ado y más arraigado posible con el paso de los años. Que nuestros signos de protesta dejan mucho que desear, pero lo que no se dan cuenta es que nuestra protesta tiene una razón de ser como nosotras y, por el simple hecho de tener valores tan altos como América Latina; 2 795 que son víctimas de femicidio al menos 23 países. En Ecuador se exige políticas que sustenten la protección de nuestros derechos. Son 3 000 las niñas violadas cada año. Según el INEC, 2 470 niñas entre 10 y 14 años que paren cada día los hijos de sus violadores, 11 mujeres son violadas cada día. En más del 80% los perpetrado­res estuvieron cerca de las víctimas. 7 niñas menores de 14 años abortan cada día ¿en realidad estamos pidiendo que las dejen abortar o estamos pidiendo que ya nos las dejen sufrir más? Son pocas las posibilida­des y sensibilid­ades que pueda transmitir este texto, pero en la vida real carece de estas plenitudes que son aniquilada­s con aquellas personas que apoyan para que esos niños, productos de violación puedan nacer. ¿se dan cuenta que las personas que sufren, en este caso mujeres, producto de una violación, viven en condicione­s desastrosa­s por la falta de recursos que a veces no llegan? No somos responsabl­es de los que nos pasa, pero somos responsabl­es de cambiar al menos con un grano de arena esta magnitud. ¿somos consciente­s en este proceso? Verónica Alejandra Romero Mena

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