Ejecutivo es inmutable ante la derrota
Después de su holgada victoria en las elecciones locales, el movimiento prodemocrático de Hong Kong mantiene las protestas en las calles, mientras el Ejecutivo se ha comprometido a crear un “comité de revisión” que analice sus causas, algo insuficiente para los manifestantes.
Tras el revés en las urnas, la jefa del Ejecutivo local, Carrie Lam, anunció ayer la creación de ese comité, pero no hizo mención alguna a las demandas de las protestas, que reclaman mayor libertad, sufragio universal y una investigación independiente sobre la “brutalidad policial”.
Lam explicó que ese organismo se ocupará de identificar los “problemas sociales, económicos y políticos” de la ciudad china bajo administración especial, aunque lo condicionó al retorno de “la paz y la calma” y no hizo autocrítica sobre el resultado electoral.
“Las opiniones expresadas son muy diversas. Algunos manifestaron que no toleran la violencia en las calles y, por supuesto, otros sienten que el Gobierno no lo ha gestionado de forma competente”, se limitó a decir Lam, en rueda de prensa.
Por su parte, el movimiento prodemocrático salió de nuevo a las calles de manera pacífica, para insistir en sus demandas -como ya hicieron ayer pocas horas después de conocer su victoria en las urnas-; toda una declaración de intenciones, para expresar que las protestas seguirán hasta que se sientan escuchados.
“Ese comité que ha anunciado Lam no implica dar soluciones ni atender nuestras demandas. Nadie va a asumir la responsabilidad de la violencia y del caos creado”, lamentó Loung, un joven de 22 años, que acudió a la llamada ‘Protesta de la hora del almuerzo’.
La concentración se celebra a diario en el centro comercial IFC -distrito financiero- desde el 8 de noviembre, día en que murió Alex Chow, de 22 años, quien cayó de un tercer piso.
Aquel episodio marcó un punto de inflexión en las protestas, que desde entonces se volvieron más violentas.
“Nuestro principal problema es que al Gobierno no le importa lo que piense la gente y nosotros no nos fiamos ni del Gobierno ni de la Policía”, insistió Loung, que trabaja como programador en una empresa tecnológica en la zona.
Sobre el arrollador triunfo en las urnas del movimiento prodemócrata -logró el 85% de los asientos de concejal de distrito en juego-, Loung matizó que la distancia en votos fue más ajustada, lo que muestra “una sociedad dividida y difícil de reconciliar”.
Al ser un sistema de mayoría simple en el que el candidato con más votos por circunscripción es el único elegido, los prodemócratas se hicieron con 338 asientos de 452; pero en votos fue el 57% de apoyos, frente al 41% de los prochinos.
Tampoco se mostró optimista con el triunfo electoral Lam, un profesor de ajedrez de 54 años, que recordó que el cargo de concejal de distrito se limita a “asuntos urbanos”, sin un poder político real.
“Debemos esperar a las próximas elecciones, las legislativas del 2020. Esa es nuestra verdadera batalla, donde podemos lograr la influencia política que queremos”, señaló; aunque admitió que la del domingo “es una victoria simbólica” y “un alentador primer paso”. Por eso, Lam considera vital mantener la presión en la calle y convocar nuevas protestas, que serán pacíficas “siempre que lo quiera la Policía”, a la que acusa de haber iniciado la escalada violenta de las últimas semanas, especialmente el episodio del cerco a la Universidad Politécnica, donde seguía encerrada una veintena de estudiantes.
Vincent, un médico de 45 años, también abogó por mantener el pulso con el Gobierno con más manifestaciones, ya que las elecciones no van a suponer grandes cambios. “Carrie Lam sigue posponiendo nuestros reclamos; ha estado jugando con nosotros los últimoscinco meses. Nonospodemos fiar de ella”, subrayó.