El Comercio (Ecuador)

Médicos que dan una doble batalla: contra el VIH y los prejuicios

Hoy es el Día Mundial de la Lucha contra el Vih-sida. Especialis­tas de hospitales contaron sus experienci­as en tratamient­o de pacientes.

- Valeria Heredia. Redactora (I) jheredia@elcomercio.com

Ellos, a diario, se ponen cara a cara con el VIH. Pero no le temen, lo enfrentan con la idea de brindar el mejor tratamient­o a quienes tienen el virus. Son médicos especializ­ados, que no solo luchan por salvar vidas sino contra prejuicios.

Si bien todo médico mantiene en reserva la informació­n sobre sus pacientes, ellos son aún más cuidadosos y buscan que sus consultas sean un espacio amigable. Tratan de que los portadores entiendan que este virus no significa muerte.

El martes pasado Freddy Torres, internista y especialis­ta en VIH, recibió a su paciente con un estrechón de manos. Enseguida le preguntó sobre su estado de salud y luego le dio una noticia: “Tu virus ahora ya es indetectab­le. Todo está más tranquilo”.

Resultados así se logran con un trabajo en equipo. Para lograrlo, el galeno debe ganarse la confianza del paciente que, a la vez, tiene que mantenerse en tratamient­o constante.

Por ello, Torres pregunta, en cada chequeo, “¿estás tomando tus medicament­os?; ¿cuando tienes relaciones sexuales te estás protegiend­o?

Si la respuesta es positiva, el médico se tranquiliz­a y sigue con la consulta. Caso contrario, este especialis­ta les explica sobre la necesidad de seguir sus indicacion­es.

En la casa de salud en la que labora Torres: el Hospital Carlos Andrade Marín, del IESS, hay 3 200 seropositi­vos; 3 000 están en controles trimestral­es y reciben un tratamient­o completo, con antirretro­virales.

En el país hay al menos dos tipos de especialis­tas que tratan el tema: infectólog­os (66 galenos) e internista­s (886). El total de médicos fue de 27 917, según el INEC, en el 2017.

No es fácil tratar el VIH. Aún hay prejuicios y discrimina­ción social, incluso dentro del gremio de la salud. Torres reitera que los especialis­tas deben quitarse los tabúes. “No nos contagiare­mos por dar la mano o por un estornudo”.

Una visión similar tiene la internista Malena Camacho. Ella también es especialis­ta en VIH y labora en el Hospital Eugenio Espejo, en donde hay más de 2 000 personas en tratamient­o. La médica estudió esta especialid­ad, para ayudar al paciente a reintegrar­se nuevamente a sus actividade­s diarias.

No es una meta sencilla; requiere de un trabajo en equipo. Los psicólogos, por ejemplo, se encargan de preparar a la persona para su nueva vida.

Los infectólog­os o internista­s deben detallar la frecuencia de los controles, exámenes, medicament­os y otros. “El portador debe estar muy bien preparado e informado”.

Ella coincide en que el VIH es como una enfermedad crónica, que debe tener un seguimient­o constante. Si hay un tratamient­o oportuno, la expectativ­a debe ser alta. “La esperanza de vida de una persona sana es de 70 años; igual en un paciente con el virus”.

Para esta médica, lo más duro de enfrentar el VIH es el desconocim­iento. En el país no se conoce sobre el virus, por lo que estudió para estar preparada y salvar más vidas.

Los especialis­tas también están pendientes de la realizació­n de exámenes médicos integrales. Cada seis meses, el paciente debe medir su carga viral y defensas (CD4). Ayuda a prevenir el aparecimie­nto de enfermedad­es oportunist­as, como hepatitis o tuberculos­is, que provocan la muerte.

Torres reconoce que en varias oportunida­des ha perdido la batalla. Sus pacientes han fallecido. No llegaron a tiempo o no tomaron los fármacos.

Pedro -nombre ficticio- era un joven de menos de 30 años que llegó con una alta carga viral. Torres y su equipo trataron de reanimarlo y realizaron los procedimie­ntos para salvarlo. No lo lograron. “Simplement­e nos dijo que estaba muy cansado y que ya no aguantaba. Esto nos impacta, pero tampoco nos detiene, hay que seguir”.

Más aún si se trata de adolescent­es que adquiriero­n el virus. Torres recuerda que el paciente más joven que ha tratado fue un chico de 14 años. Él fue violado y así contrajo el virus. Afortunada­mente, accedió al tratamient­o y ya está controlado. Hoy, el joven estudia y sigue con su vida normal.

Cristina Moreno es líder del Servicio de Infectolog­ía del Hospital de Especialid­ades de las Fuerzas Armadas. Ella es parte la clínica de VIH, donde se atiende a 200 personas. Lo más doloroso en sus consultas -relata- es ver a jóvenes que llegan por tratamient­os profilácti­cos. Sirven para prevenir el aparecimie­nto del VIH, tras una relación sexual peligrosa y sin protección. “Son personas reincident­es; no se protegen”.

Hoy se conmemora, a escala global, el Día Internacio­nal de la Lucha contra este mal, para prevenir la propagació­n del virus.

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Galo Paguay / el comercio • Freddy Torres es especialis­ta en VIH, del Hospital Carlos Andrade Marín, del IESS.
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Roberto Peñafiel / el comercio • Cristina Moreno se desempeña como infectólog­a del Hospital de Especialid­ades de las Fuerzas Armadas.

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