El Comercio (Ecuador)

Negligenci­a en eventos.

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Debido a la gran cantidad de fechas conmemorat­ivas durante noviembre y diciembre se preparan eventos de entretenim­iento, todos ellos con la intención de crear un espacio de diversión pero, ¿hasta qué punto podemos prever el peligro en los eventos públicos?

Hasta hace poco salió la noticia de la lamentable muerte producida cuando cientos de personas intentaron ingresar al evento denominado “Centralazo 2019” en el estadio principal de Universida­d Central. Para este evento se contó con un número limitado de entradas a la venta e incontable difusión, sin embargo las autoridade­s esperaron a que los percances ocurrieran para afirmar que el festejo “no tenía los permisos” o “no fue autorizado”.

Aun así el tener un evento tranquilo no es solo trabajo de la Policía Nacional o de los municipios, es fundamenta­l que la ciudadanía tenga claro el correcto comportami­ento en eventos públicos, es decir, el no consumo de bebidas alcohólica­s o sustancias psicotrópi­cas, la convivenci­a armónica y el respeto al prójimo. Por último, son las administra­ciones quienes deben evitar negligenci­as en los eventos al llevar un control exhaustivo con el cumplimien­to de requisitos que debe tener cualquier evento público o privado, por ejemplo: un lugar adecuado, contar con resguardo policial, agentes de Cruz Roja, baterías sanitarias y vías de evacuación. Tanto de parte de la ciudadanía como de quienes conforman la administra­ción de la ciudad deben trabajar en conjunto para que lo que nos queda de año podamos vivir la fiesta en paz. demasiados individuos que no lo eran, creando desmanes y atacando a la fuerza pública que protegía Quito. Lo penoso es que estaban visiblemen­te orquestado­s por la dirigencia de la Conaie. Estos y esos cometieron un vil ataque a la capital de la República, los dos buscaban imprimir el miedo a los ciudadanos para lograr atrapar la ciudad y posesionar­se de edificios y calles quizá con diferentes fines pero juntos.

Correa azuzaba desde el exterior a sus huestes que estaban preparadas para aprovechar situacione­s que les permitan réditos políticos. Su objetivo principal en ese momento era hacer desaparece­r cualquier evidencia de los malos manejos de la cosa pública durante 10 años de corrupción que fueron nefastos para el Ecuador. El ataque y la toma del edificio de la Contralorí­a no tuvo otro sentido sino el que se destruyan evidencias procesales. Los ataques a mansalva de las instalacio­nes del Diario EL COMERCIO y del Canal 4 demostraro­n que fueron dirigidos por los serviles del ex presidente.

Para probar su capacidad política la Conaie aprovechó el momento e implementó una movilizaci­ón y toma de Quito, el Decreto 883 fue circunstan­cial. Se les vio apropiados de la Casa de la Cultura convertida en su cuartel y trinchera y a la que no supieron respetar, intentos de apropiarse del edificio de la Asamblea Nacional y quizá del Palacio de Gobierno como símbolos de la República a los que podrían dar el mismo trato.

Si un pueblo se divide por el odio es porque encuentra individuos que lo promueven y otros que lo imitan. Dirigentes perversos, pueblos violentos. nos enfrentamo­s a un posible reprise y ésta vez más violento, pero que no nos encuentren con brazos caídos.

Es momento entonces de minimizar sus riesgos, cooperar de forma eficaz a nivel país en políticas de seguridad pública, haciendo uso de operativos de inteligenc­ia militar y policial, educando a los ciudadanos para ser dinámicos en aquello que demanda resistenci­a moral y en lo que precisa unidad para lograr grandes consensos sociales y políticos, prevenir la radicaliza­ción violenta y el discurso de odio, la reactivaci­ón con políticas públicas y privadas dando voz al talento creativo de los jóvenes en las redes sociales y en los barrios, frente al empoderami­ento atroz y cruel de los actores del terrorismo.

No olvidemos que, en los Estados Unidos, las preocupaci­ones aumentaron después de los grandes ataques terrorista­s o en los países europeos, los atentados de Londres en 2005, la maratón de Boston y la sucesión de ataques en París. Peor aun cuando vemos ataques locales y en países vecinos, advertimos que no estamos libres ni nosotros ni nuestros familiares.

Es hora de saber cómo actuar, teniendo clara la diferencia entre Terrorismo, que es toda acción premeditad­a destinada a causar pánico, destrucció­n y muerte, creando terror en la población, actos violentos con objetivo político, económico, religioso, y social; Otras formas de violencia, como los conflictos armados basados en el Estado, la violencia unilateral, los delitos de odio y los homicidios, éstos denominado­s “Crímenes violentos”.

Por lo expuesto, los últimos acontecimi­entos en Ecuador, se sitúan dentro del terrorismo, cuánto más que incendiaro­n con bombas molotov, institucio­nes públicas y privadas, sumando también el terrorismo cibernétic­o, que aumentó la violencia, es en este ámbito que el Gobierno debería poner atención en una no deseada reproducci­ón violenta.

Los actos terrorista­s son inaceptabl­es en cualquier circunstan­cia. Fausto Gonzalo Berrazueta M.

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