Grace Yépez
nos aporta nada. Ahí es cuando cada uno hace su casa como quiere y como puede.
Han existido proyectos públicos y privados para que, sobre todo, el Centro de la ciudad vuelva a ser habitable pero los resultados no han sido los deseados, ¿por qué?
Para que un centro funcione no tiene que vivir solo del comercio y tampoco solo de la vivienda. Pienso que los centros activos son los que invitan a que tanto jóvenes veinteañeros como personas jubiladas quieran vivirlo. Tiene que ser atractivo no solo para el turista sino para que todos queramos vivir allí. Frente a la plaza de Santo Domingo, en una esquina con problemas de drogas y prostitución, abrieron un hotel. Cuando le preguntaron al dueño por qué decidió abrirlo en ese espacio, respondió que es un lujo vivir en ese sector, porque las piedras están llenas de valor histórico. Creo que deberíamos volver a tener amor y respeto por la piedra, eso nos ayudaría a querer habitar más la ciudad.
El sociólogo Richard Sennett sostiene que construir no es habitar, ¿cómo lograr que Quito sea habitable más allá de los proyectos urbanísticos?
Podemos lograr que Quito sea más habitable generando más participación de la gente. Meparece que cuando tú construyes algo lo valoras más. Necesitamos lugares que nos acojan y de los que no queramos
Nació en Quito, en 1978. Estudió Arquitectura en la Universidad Central del Ecuador y en el Politécnico de Milán de Italia. Se especializó en Ambientes Físicos y Confort en la Universidad de Burdeos. Tiene un doctorado por la misma institución. Es cofundadora de Yes Innovation y profesora e investigadora de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Católica.
irnos. Los ciudadanos hemos dejado que la ciudad se haga como pueda y ese ha sido un error. En ese contexto hay que apuntar a lo micro, a los barrios. Los proyectos no tienen que depender solo de los urbanistas sino también de la gente. Seguir construyendo la ciudad solo pensando en querer tener un techo nos va a llevar a un caos general.
¿Se le ocurre un barrio de la ciudad que todavía sea habitable?
Miraflores es un barrio que todavía puedes habitar, donde la gente se preocupa de su vecino y donde aún se puede caminar y tomar el autobús con facilidad. También pienso en barrios como La Magdalena, La Villa Flora o San Juan.
También se habla mucho de La Floresta, ¿cuál es su lectura de este barrio?
Creo que La Floresta es un barrio que tiene posibilidades de crecer, porque tiene una organización barrial. La gente lucha por el respeto a vivir ahí y eso es interesante. Por otro lado es un barrio que tiene mucha presión. Se ha vuelto tan atractivo que todos quieren ir para allá. Lo malo es que hay mucho de lo que ellos mismos llaman ‘mariscalización’, ese miedo a convertirse en una Mariscal 2. Creo que para ellos saber vivir en comunidad va a ser la clave de su desarrollo.
¿Y qué pasa con sectores como Calderón?
Calderón me preocupa mucho porque es un sector que ha perdido su esencia. Ahora está lleno de urbanizaciones sin espacios de encuentro. Antes tenía referentes culturales fuertes, desde las bandas hasta el mazapán. Calderón tiene que pensar que debe convertirse en un barrio para vivir y no solo uno donde la gente va a dormir. Hay muchos de esos lugares en la ciudad. Barrios vacíos que solo se activan de 18:00 a 22:00 y luego desaparecen. Hacer barrios así solo lleva a que la gente viva intramuros y además que busque lugares lejanos con otras características.
¿Es posible recuperar la vida de barrio en zonas como el hipercentro?
Creo que sí, siempre que haya una estrategia para que la gente viva como quiere vivir. El hipercentro necesita activarse con espacios alternativos. Está La Carolina, pero quizás mucha gente lo que ne