21 muertos, en otro fin de semana violento
Narcotraficantes y fuerzas del orden se enfrentaron en el estado de Coahuila
Siete presuntos delincuentes fueron abatidos durante la madrugada de ayer en el estado mexicano de Coahuila, fronterizo con Estados Unidos, con lo que suman 21 muertos, entre ellos cuatro policías, por enfrentamientos armados en las últimas horas.
El Gobierno estatal dijo en un comunicado que durante la madrugada de este domingo “fueron abatidos otros siete delincuentes”, que se suman a los 14 fallecidos que dejó un enfrentamiento armado el sábado en la localidad de Villa Unión, en ese estado del norte del país.
Los siete presuntos delincuentes fueron perseguidos por fuerzas de seguridad desde Villa Unión y fueron abatidos cuando intentaban escapar hacia otra localidad del vecino estado de Nuevo León, informó de su lado la fiscalía.
El gobierno de Coahuila desplegó un operativo para “barrer” la zona, tanto por tierra con militares y policía estatal, como por aire con el apoyo de helicópteros.
La autoridad agregó que a los presuntos delincuentes “les fueron aseguradas (confiscadas) tres camionetas, escopetas, armas y cartuchos”, y que continúa el despliegue para dar con todos los responsables del tiroteo del sábado.
El enfrentamiento del sábado se desató poco antes del mediodía cuando policías locales detectaron varios vehículos con civiles fuertemente armados recorriendo la comunidad, por lo que requirieron la intervención de militares.
Hasta la noche del sábado, el gobierno de Coahuila había confirmado la muerte de 10 presuntos pistoleros del narcotráfico y cuatro policías.
Los tiroteos se registraron en distintos puntos de la localidad, ubicada a unos 60 kilómetros de la frontera con Estados Unidos y que de acuerdo con las autoridades era “muy tranquila” y estaba ajena a la violencia ligada al narcotráfico.
El gobernador del estado,
Miguel Riquelme, atribuyó el ataque al cartel del Noreste, surgido en el cercano estado de Tamaulipas luego de dividirse el violento grupo criminal de los Zetas.
Los enfrentamientos ocurrieron cuando ayer se cumplió un año de gobierno del presidente izquierdista Andrés Manuel López Obrador, quien reconoce que uno de sus mayores desafíos es la lucha contra la criminalidad.
El norte de México ha sido escenario de hechos violentos en los últimos meses, como la frustrada captura, el 17 de octubre, de Ovidio Guzmán, hijo del capo Joaquín ‘Chapo’ Guzmán, condenado a cadena perpetua en Estados Unidos.
El 4 de noviembre, en un camino rural del estado de Sonora, presuntos pistoleros de un cartel mataron a balazos a tres mujeres y seis niños de una comunidad mormona de origen estadounidense asentada en el norte de México por generaciones.
Indignado, el presidente estadounidense Donald Trump anunció su intención de catalogar a los cárteles narcotraficantes como terroristas, lo que en México ha sido interpretado como una intención de Washington de intervenir en el país, incluso con armas.