el guapo de la barra El fracaso de los clubes del Astillero
Todavía parece irreal que ninguno de los dos clubes más importantes de Guayaquil se haya quedado fuera de la discusión del título tan temprano. Desde el 2009, siempre hubo uno en pelea por la corona, sea Barcelona o Emelec. Este año, todo ha sido nefasto para ambos y, aunque son crisis distintas, el resultado es el mismo: frustración y vacaciones anticipadas.
En Emelec, más allá de la falta de la ya legendaria influencia de RC, ‘el mejor 9 del equipo’, este año se caracterizó por la ausencia de estrellas de renombre, el fracaso de la contrataciones (el Chiqui), el ocaso de algunos valores y el naufragio del DT Soso, despedido y reemplazado por Rescalvo luego de un episodio rocambolesco que ha dado la razón a los que creen en el karma.
A pesar de la decepción de que no habrá Libertadores, Rescalvo sale fortalecido tras la eliminación ante Macará, con la sensación de que, si tiene los jugadores que pide, podrá dirigir con éxito a los azules en el 2020. Financieramente, al menos, luce viable el recambio.
En BSC, el último año de Cevallos como presidente del Ídolo ha sido doloroso, desde la eliminación en mesa de la Copa hasta el improductivo regreso de Álvez, con constantes y vergonzosos episodios en que el club estuvo al borde del descenso por las deudas. Cevallos, con cada paso, perdió colaboradores y llegó a fin de año convertido en el monumento a la soledad del dirigente.