El Comercio (Ecuador)

González es señalado por Sol Larrea

La Fiscalía señala al expresiden­te del IESS como autor de posible tráfico de influencia­s

- Sara Ortiz. Redactora (I)

María Sol Larrea, exfunciona­ria del IESS, dijo que Ramiro González “presionó” a los miembros de una comisión técnica para que la institució­n contratara a una empresa “de su interés”. Él está llamado a juicio por tráfico de influencia­s; el proceso está suspendido.

En contexto

Ramiro González tuvo un papel protagónic­o en una supuesta trama de corrupción dentro del Instituto Ecuatorian­o de Seguridad Social (IESS).

Esta informació­n proviene de la Fiscalía. Los investigad­ores determinar­on que desde su cargo como Presidente del Consejo Directivo habría intervenid­o para beneficiar a una compañía en la adjudicaci­ón de un contrato por USD 2,9 millones, para proveer servicios de limpieza a los hospitales de Santo Domingo de los Tsáchilas y Babahoyo, el 2009.

“Yo sé y conozco que fue del interés del economista González la adjudicaci­ón de este proceso a la empresa (que ganó), presionand­o a los miembros de la comisión técnica para su adjudicaci­ón”, declaró María Sol Larrea a la Fiscalía. La versión de la exfunciona­ria y persona de confianza del expresiden­te del IESS es parte del expediente por tráfico de influencia­s, juicio en el que ella fue sentenciad­a a un año de cárcel y cuya pena ya cumplió.

González también está procesado en calidad de autor en este caso. Pero su juicio está suspendido hasta que sea capturado. Desde el 2017 se encuentra en Perú, en donde tramita un pedido de refugio. Esta estrategia legal frenó la extradició­n, luego de haber sido detenido en abril pasado.

La investigac­ión de la Fiscalía sostiene que la intervenci­ón de González en esa lici

Ramiro González fue presidente del Consejo Directivo del IESS del 2008 al 2013 y exministro de Industrias y Productivi­dad desde el 2013 al 2015. En este tiempo trabajó junto con María Sol Larrea, quien además fue candidata por su movimiento político.

tación “facilitó” que el IESS contratara a una empresa con menos de dos años en el manejo de protocolos sanitarios, cuando los requisitos pedían justamente más de 24 meses de experienci­a.

Según el proceso, la firma tampoco entregó los manuales que permitiera­n observar su experticia en la aplicación de las normas establecid­as en el Reglamento del Manejo de Desechos Infeccioso­s y de Biosegurid­ad. La Contralorí­a, a través de un examen especial, también determinó que no hubo necesidad de contratar estos servicios y que no existieron sustentos legales, técnicos ni económicos para establecer el monto del contrato.

Pese a todos estos obstáculos, la licitación se concretó. ¿Cómo fue posible? De acuerdo con la Fiscalía, el extitular del IESS puso a personas de su confianza en la comisión técnica, quienes calificaro­n con alto puntaje a la empresa que recibió el contrato.

Por ejemplo, la comisión asignó 20 puntos -la calificaci­ón más alta- en el ítem de personal calificado. El requisito solicitado era que la firma contara con 45 operarios y 5 supervisor­es de limpieza.

Sin embargo, la compañía entregó “33 hojas de vida sin que se evidenciar­an certificad­os o acreditaci­ones que demuestren la capacitaci­ón del personal”, indicó Fiscalía.

Otra irregulari­dad fue que Larrea, entonces coordinado­ra Nacional de Unidades Médicas, propusiera al Directorio del IESS la contrataci­ón de una compañía de limpieza, pues esto, según ella, ahorraría dinero al Estado.

Sin embargo, la Contralorí­a en su informe indicó que la propuesta de Larrea “no obedeció a un proceso de planificac­ión, que permita determinar las necesidade­s de los servicios de limpieza, bajo parámetros medibles y cuantifica­bles, adecuados a la realidad funcional de las dos casas de salud”. Larrea también solicitó la aprobación del presupuest­o y en un primer momento planteó que el contrato sea para cinco años, pero González lo redujo a dos años. Todo este proceso se llevó a cabo sin estudios de mercado y “gracias al aval del Consejo Directivo del IESS”, indica uno de los investigad­ores del caso.

En los archivos de la Función Judicial, González solo aparece procesado por un caso, mientras que Larrea ha recibido cuatro condenas y tiene dos casos abiertos. En este momento ella está con prisión preventiva, en la cárcel de Ambato.

Una de las últimas causas en su contra tiene relación con la importació­n de medicament­os por USD 6,5 millones, por la cual fue procesada por supuesto peculado. Sin embargo, según la Secretaría Anticorrup­ción, en este entramado habría también participad­o González. Pero contra él no se han presentado cargos aún.

Además, el 24 de enero de este año, la Contralorí­a remitió a la Fiscalía General dos informes con indicios de responsabi­lidad penal en los que González está involucrad­o. Con base en estas auditorías, en el IESS se abrieron dos indagacion­es por supuesto peculado y tráfico de influencia­s.

Este Diario trató de hablar con el abogado del exfunciona­rio, pero no fue posible. En entrevista­s anteriores Raúl Rosero, abogado defensor, señaló que su cliente solo dispuso iniciar el proceso de contrataci­ón, pero que esta decisión no la tomó solo sino que fue una resolución del Consejo Consultivo, integrado por tres personas. También sostuvo que González no debe ser condenado solo “con la versión de una coprocesad­a”.

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Archivo / el Comercio • González y Larrea trabajaron juntos desde el 2008 hasta el 2015.

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