Johnson y el Brexit triunfan en los comicios
Boris Johnson se ratifica como primer ministro; el futuro de Escocia está en debate
Con la aplastante victoria conservadora, el Brexit se cumplirá sin atenuantes el 31 de enero del 2020
El Brexit dentro de mes y medio es cosa hecha. El primer ministro Boris Johnson obtuvo una aplastante mayoría en las legislativas que le permitirá sacar al Reino Unido de la Uepor la puerta grande, tras años de debates y retrasos.
“Pondré fin a todas esas tonterías y llevaremos a cabo (el Brexit) a tiempo el 31 de enero, sin ‘si’, sin ‘pero’, sin ‘tal vez’”, afirmó ayer un Johnson eufórico antes de ir a ver a la reina Isabel II en el Palacio de Buckingham, para que le encomiende formar Gobierno. Además, prometió gobernar para todos los británicos
En el poder desde julio pero con minoría en el Parlamento, el carismático y controvertido Primer Ministro se había arriesgado a convocar comicios anticipados en diciembre, un mes oscuro y frío, poco propicio a atraer a los británicos a las urnas. Era una apuesta arriesgada... ¡y la ganó!
Sumando una tras otra circunscripciones tradicionalmente obreras, su Partido Conservador obtenía 363 diputados, 45 más que en 2017, en una cámara de 650 escaños. Es la mayor victoria conservadora desde 1987, desde los tiempos de Margaret Thatcher.
“Muy decepcionados”, los opositores del Partido Laborista, encabezados por Jeremy Corbyn, perdieron 59 diputados para quedarse con 203. Corbyn anunció que lanzará “una reflexión” interna y no liderará el partido en unas próximas elecciones.
Es una señal demasiado fuerte para los políticos y en la Cámara de los Comunes tendrán ya que acogerse a la decisión en las urnas, pues estas elecciones fueron más un plebiscito en torno al Brexit. En el Reino Unido ya había un hastío en torno a la imposibilidad de concretar la salida de la UE por la oposición laborista y de los conservadores proeuropeos.
Pero no toda victoria, por más aplastante que sea, es siempre positiva. La vía libre del Brexit implica para el Primer Ministro el riesgo de ver tambalearse la unidad del país, entre la exigencia de un nuevo referendo soberanista en Escocia y la aspiración de una Irlanda unificada.
Firmemente opuesta al Brexit, la jefa del gobierno autónomo escocés, la independentista Nicola Sturgeon, reafirmó su deseo de otra consulta de autodeterminación, seis años después del referéndum de 2014 en que 55% de escoceses votó por permanecer en el Reino Unido. Pero, esta decisión se debía a que no querían perder el derecho a la membresía de la Unión Europea.
Por eso, en el 2016, durante el referendo sobre el Brexit, el 62% votó a favor de permanecer en le UE.
En las legislativas del jueves, su partido nacionalista SNP logró 48 escaños (de las 59 circunscripciones escocesas) en la Cámara de los Comunes, 13 más que en 2017. Tras el anuncio del resultado, Sturgeon consideró que este deja a Escocia y el resto del país en “caminos divergentes”.
Sturgeon anunció que volverá a la carga la próxima semana para exigir a Londres un traspaso de poder, que permita a los escoceses decidir por sí mismos cuando quieren organizar otro referéndum.
En otro rincón del Reino Unido, las legislativas podrían tener también un efecto terremoto y dar nuevo impulso a las aspiraciones de reunificar la isla de Irlanda, anexando la provincia británica de Irlanda del Norte a la vecina República de Irlanda, país miembro de la UE.
Por primera vez desde la partición de Irlanda en 1921, los nacionalistas obtuvieron más escaños en Westminster que los partidarios de pertenecer a la corona británica.
Los comicios demuestran “que no hay mandato para el Brexit en el norte de Irlanda”, declaró a la radio pública RTE la líder del Sinn Fein Mary Lou Mcdonald, cuyo partido milita por la reunificación.
El mundo reacciona. El presidente estadounidense, Donald Trump, fue el más efusivo y consideró como presagio para las elecciones presidenciales del próximo año. Además, se mostró convencido de que se agilitará el acuerdo comercial entre ambos países.
Sin embargo, el presidente francés, Emmanuel Macron, el más entusiasta pro europeo, puso ciertas condicionantes para una relación perdurable entre París y Londres. Esperaba que, de aquí en adelante, el Reino Unido“siga siendo un país aliado, amigo y un socio muy cercano. La condición para ello es definir las reglas de una relación leal (...). No queremos que sea un competidor desleal”.
Más equilibrado, el primer ministro holandés, Mark Rutte, ante las constantes idas y venidas británicas para concretar la salida, y que muchos han calificado como“la histeria británica ”, escribió a través de Twitte r que “el electorado británico le dio (a Boris Johnson) un mandato claro. Deseo una cooperación constructiva” y que el resultado electoral del jueves es, en realidad, una buena noticia para todos. “Si no, esto seguiría ocupándonos todavía durante años”, añadió.