“EL FUEGO VISIBILIZA”
Con el título mencionado la revista Diners de enero del 2.020 publica una amplia investigación de Jorge Ortiz sobre los desajustes sociales que está viviendo Latino América y particularmente el Ecuador a propósito de la presencia de turbas en las calles de Quito, en el “famoso” Octubre del 2.019, del cual pueden extraerse algunas conclusiones:
Devastaron lo que “quisieron” y, sobre todo, sembraron el temor y el desconcierto en millones de personas para quienes esa explosión de furia era inesperada e incomprensible; Sobre el hecho hubo todo tipo de diagnósticos, desde los más frívolos y triviales que intentaron resumir todo en injusticias y desigualdades, hasta los más reflexivos y profundos; Al terminar el siglo la economía multiplicaba las oportunidades de progreso, la tecnología abría horizontes ilimitados de prosperidad, pero de pronto, todo se estropeó; Todas esas expectativas se estrellaron contra una realidad de recursos limitados y de procesos lentos, frente a las legiones de personas que esperaban resultados mayores; Los regímenes socialistas que irrumpieron controlaban todo con puño de hierro, para que el gobierno y el partido tuvieran el monopolio de la ideología y, por extensión, el poder; ¿Cómo pueden progresar países tan repletos de deficiencias? ¿Cómo no puede haber estallidos periódicos en sociedades mal tratadas, confundidas, engañadas y sin rumbo?; Y cuando los precios de las materias primas se desplomaron, las personas que habían ascendido a la clase media, se sintieron vulnerables y, con razón, temieron volver a ser pobres; 8.- Las clases medias se volvieron conscientes de su inseguridad, pues su regreso al proletariado era una posibilidad cierta e incluso una probabilidad a muy corto plazo; 9.- El temor sigue palpable porque se sabe que los gobiernos favorecen a los poderosos, a más de que el éxito personal no depende del talento, ni del esfuerzo, sino del origen social; Hay que recordar que la lentitud de la movilidad social hacia arriba, contrasta con la celeridad fulminante de la movilidad hacia abajo, pues para ascender se requiere toda una vida, pero para descender basta un año. Iván Escobar Cisneros