San Valentín, entre el covid-19 y la violencia de género
El temor a la epidemia modificó las celebraciones en China y otros países de Asia
San Valentín, ya convertida en una fiesta mundial, se celebró ayer de distintas maneras, aunque en otros casos no se pudo festejar, como les sucedió a los amantes en China.
El temor al covid-19, que hasta ayer, a las 22:15, dejaba 1 525 fallecidos, 67 079 contagiados y 8 156 recuperados, obligó a suspender varios de eventos.
La joven Jiang Lanyi y su novio ucraniano habían previsto un viaje de ensueño en China, visitando los jardines en Suzhu, observando arte moderno en Shanghái y patinando sobre hielo en los lagos helados de Pekín. Pero la fuerza de las circunstancias les obligó a dos semanas de encierro en la casa de los padres de Jiang.
Lo que ella sí pudo hacer fue enseñar a su novio a jugar mahjong, típico pasatiempo chino. “Jugamos de dos a tres horas por día. Su nivel era antes cero, pero ahora lo hace realmente bien”, asegura la joven. Para los amantes pequineses ya no habrá concierto My Heart Will Go On ni lujosa cena con bogavante. Estos acontecimientos de San Valentín se anularon.
Tyra Li vive en la capital con su novio, desde hace tres años. Tras un viaje realizado durante el Año Nuevo chino, la pareja ha salido solamente una vez de su apartamento, para ir de compras. Pero quienes regresaron de sus vacaciones, desde ayer, deben ingresar en una cuarentena obligatoria de 14 días en sus casas.
A diferencia de muchos de sus compatriotas, ambos han renunciado a hacer pedidos en línea, por temor al contagio por parte de un repartidor.
“Nada de flores este año, de ninguna manera. Él tiene miedo de comprármelas, y yo de tocarlas”, afirma Tyra.
En su tienda, una florista afirmó a la AFP que las ventas han caído a la mitad respecto al año pasado, en parte porque los clientes tienen miedo del contagio durante el envío.
Otra tienda de flores de Pekín, Xian Hua Ge, calcula en 70% la caída del volumen de negocios, pero lo atribuye en parte a la ausencia de millones de personas que no han retornado a la capital tras las largas vacaciones de Año Nuevo.
Para evitar concentraciones de gente y fiestas, las autoridades instaron a los novios a retrasar su matrimonio, asestando un duro golpe al importante sector económico de las bodas.
Zhu He, de 25 años, había previsto sellar su certificado de matrimonio el día de San Valentín, con su futuro marido y con sus padres. Pero los novios decidieron postergar el acontecimiento, ya que los padres de la futura casada se rehúsan a salir de su casa, pese a que, como su hija, viven en Cantón, al sur del país.
“No conducen ni uno ni otro, y no me inspiran confianza los transportes públicos”, dice Zhu He, que alude a un gran riesgo de contagio.
Otros son víctimas de largas separaciones, como Shaw Wan, de 28 años, cuyo novio seguirá por tiempo indeterminado en Taiwán, mientras que ella trabaja en Pekín. “No quiero que vuelva. ¿Y si se contagia en el avión?”, dice ella.
Pero al mal tiempo hay que ponerle buena cara. Tyra Li asegura que al fin aprovecha que puede pasar mucho tiempo en casa con su enamorado. En circunstancias normales, durante los días laborables la joven pareja nunca consigue verse antes de las 22:00.
También se lo han tomado con sentido del humor los vendedores del mercado de flores de Dangwa, en Manila, quienes han incluido mascarillas y desinfectante de manos en los tradicionales ramos, con el fin de prevenir infecciones.
En Vietnam, algunas floristerías ofrecen los ramos Corona Valentine, compuestos de botes de gel desinfectante y mascarillas sanitarias, un producto que, agotado en muchos establecimientos, también se ha convertido en un regalo valioso.
El miedo al coronavirus no ha impedido la celebración de bodas masivas en algunos lugares de Asia, como en Manila, donde 146 parejas se dieron juntas el “sí quiero”.
Contra la violencia
Grupos de mujeres aprovechan San Valentín para llamar la atención sobre el lado oscuro de las relaciones de pareja, en la que los casos de femicidio muchas veces comienzan como una ‘historia de amor’.
El Zócalo de la Ciudad de México acogió ayer el mini-festival de música Diversas formas de amar. Amores sin violencia, con la participación de Ha-ash, Morat y Flor Amargo.
En distintos lugares de Alemania se celebraron los llamados Bailes de San Valentín, para denunciar la violencia de género. El más llamativo tiene lugar ante la Puerta de Brandeburgo, donde la artista estadounidense Eve Ensler inició esta tradición en el 2012. Miles de mujeres participan desde entonces en el baile ante el emblemático monumento de la capital alemana.
También en España y Francia se realizaron diversas actividades feministas contra la violencia machista por el Día de San Valentín.