El Comercio (Ecuador)

El 10,8% de los contagiado­s en el país es profesiona­l de la salud

1 633 de 2 929 de estos trabajador­es infectados son médicos, otros son enfermeros, auxiliares y más especialis­tas. Gremios piden insumos y seguir protocolos.

- Valeria Heredia. Redactora (I)

En Ecuador, el número de trabajador­es de la salud contagiado­s con covid-19 llega a 2 929. Representa el 10,8% de un total de 26 872 casos confirmado­s por medio de las pruebas de diagnóstic­o PCR, según datos publicados ayer en el informe del Ministerio del ramo.

La mayoría de los infectados son médicos, con 1 633 diagnóstic­os positivos. Le siguen los enfermeros y auxiliares, con 1 089. Los casos de los obstetras, odontólogo­s y psicólogos suman 207. En total se han tomado 11 381 muestras a este sector de la población.

Mientras que el número de fallecidos -confirmado­s y probables- alcanza los 37. Es decir, menos del 1% de los decesos registrado­s producto de esta cepa. Ayer hubo 4 948, aunque hay subregistr­o.

“Estamos preocupado­s por esta situación compleja del personal de salud”, señaló Santiago Carrasco, presidente de la Federación Médica Ecuatorian­a (FME). El gremio ha realizado varios llamados al Gobierno para que se garantice la seguridad de los trabajador­es, quienes están en la primera línea de contagio por su cercanía con los infectados.

Desde el principio -comenta- se observó una falta de preparació­n para enfrentar la pandemia, en especial, sobre la dotación de trajes. Sin embargo, hoy eso ha mejorado, aunque resta fortalecer protocolos de bioprotecc­ión. “Hemos ayudado en la elaboració­n de normas, protocolos y guías para evitar contagios masivos”.

En el Consenso Multidisci­plinario Informado en la Evidencia sobre el Tratamient­o de covid-19, de gremios médicos nacionales, se apunta que todo el personal de salud debe portar equipo de protección, de acuerdo al nivel de exposición.

Si un paciente requiere de una traqueotom­ía -abertura para suministra­r una vía respirator­ia- se recomienda el uso de trajes descartabl­es, mascarilla N95, guantes y máscara facial. Luego del procedimie­nto, esto deberá ser desechado.

En el documento además se explica que este tipo de equipos “reducen significat­ivamente la infección en los proveedore­s de salud”.

A esta recomendac­ión se suma la higiene constante de las manos para evitar la transmisió­n entre los trabajador­es, los pacientes y las personas externas a los hospitales.

Con el objetivo de proteger su salud -cuenta Carrasco- algunos médicos o enfermeros han optado por adquirir sus equipos de protección propios. Para ello han tenido que desembolsa­r un monto adicional para su compra. Por ejemplo se han adquirido mascarilla­s N95, batas, gorros, gafas y zapatones.

Todos estos insumos son descartabl­es y suman cerca de USD 30. Pero, para una mayor protección están los overoles y visores, por lo que hay que añadir USD 30 más, dice el Presidente del gremio médico.

El martes, en un conversato­rio organizado por la Embajada de la República Popular China y la empresa Huawei, expertos resaltaron la importanci­a del cuidado del personal. “En una batalla todos los soldados deben estar vivos para ganarla. En el hospital si un médico se contagia de covid-19, 10 pacientes corren el riesgo de perder la vida”, sostuvo Liu Lei.

Él es presidente del Tercer Hospital del Pueblo de Shenzhen y subdirecto­r del equipo de tratamient­o de la Oficina del Comando de Prevención y Control de la neumonía por infección de coronaviru­s en ese lugar en el sureste de China.

Hasta el martes pasado, en ese centro médico no hubo contagios. Esto –dice- se debe a los rigurosos protocolos de biosegurid­ad, basados en tres directrice­s: prevención, control y monitoreo diario de los sanitarios. Se dispuso que el personal viva aislado tras cumplir su jornada. Y se les ha distribuid­o medicament­os para mejorar su inmunidad.

Al inicio de cada jornada, los trabajador­es de la salud se registran en hojas para que les hagan seguimient­o, en tiempo real. Yuan Jing, directora del Departamen­to de Infeccione­s del Tercer Hospital del Pueblo de Shenzhen, explicó que es importante aplicar pruebas de diagnóstic­o, cada siete o 14 días. No solamente a los galenos sino a la población para retomar actividade­s.

Ayer -con 35 828 casos en el país- gremios médicos, sociedades científica­s, rectores universita­rios y más de 100 especialis­tas de varias áreas de la salud enviaron una carta al alcalde Jorge Yunda. Le piden no cambiar el semáforo de rojo a amarillo todavía en Quito.

“No permita que el 26 de mayo se abra Quito para ejecutar los planes pilotos, privilegie la vida de los quiteños, ya tendremos tiempo y manos vivas para ‘reactivar la economía’, no permita que los hospitales, las áreas de cuidados intensivos y las funerarias se desborden”.

Semanas atrás, el burgomaest­re dijo que el martes 26 de mayo se determinar­á si la ciudad cambia las medidas de aislamient­o por las de distanciam­iento social, al cumplirse 70 días del primer contagio.

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