carlos Michelena se muda al mundo virtual
El comediante ecuatoriano presenta hoy el espectáculo ‘de pijamada con el miche’
‘De pijamada con el Miche’ es el nombre de la obra que Carlos Michelena presenta hoy, a las 20:00, en una sala privada de Youtube. Esta será la primera vez que el artista quiteño, de 66 años, cuente sus historias en un formato digital, en vivo.
Para transmitir la obra, el ‘Miche’ adaptó un espacio en su taller teatral ubicado en la calle Los Ríos, en el Centro Histórico, el cual tiene un área que mide 4x3 metros. Allí dicta clases de expresión corporal a los jóvenes talentos.
Como parte de la escenografía ha colocado elementos de naturaleza, porque para él es la que más ha reclamado por pausa en medio del covid-19. “Incluí un arco de flores multicolores, pero también hago alusión al aporte de los campesinos y pescadores durante la emergencia sanitaria, porque su labor no ha sido valorada, pese a que esta nunca paró en durante estos días”, explica.
Una percha destaca en su escenario. De allí saldrán los sombreros, máscaras, abrigos, pañuelos y gorras que usará en su interpretación que durará cerca de 60 minutos.
En esta obra abordará temáticas cotidianas, como el extrañamiento del ritmo de vida que se tenía antes de la pandemia, evocará a los feriados largos, cuando la gente buscaba la playa, los viajes internacionales o disfrutar un tango. Son historias matizadas con relatos de la Batalla de Pichincha y sus experiencias personales como gestor cultural informal frente a las autoridades.
“Decidí no referirme a asuntos politiqueros porque eso indispone a la gente. Toda la corrupción que sale en estos días nos indispone a todos y prefiero no llenar la cabeza del público con asuntos que causan indignación y dolor”, menciona el actor cómico nacido el 5 de enero de 1954.
Michelena añade que el humor, en estos tiempos, se convirtió en un bálsamo, que ayuda en el ánimo de la gente que vive en la paranoia de lavarse constantemente las manos. Dice, además, que extraña sus funciones en el parque El Ejido, como lo venía haciendo hace más de 30 años.
“Más que al espacio físico extraño a la gente, a los vendedoras y marginados que iban a buscar un aliado para sobrellevar las dificultades diarias. En los 70 días de emergencia sanitaria, he pasado un par de veces por allí y ver la hierba crecida, me pone nostálgico”, explica.