El Comercio (Ecuador)

Síndrome que afecta a niños alerta a pediatras

En el hospital pediátrico Baca Ortiz, de Quito, ocho de 15 camas que existen en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), están libres para estos casos

- Valeria Heredia. Redactora (I) jheredia@elcomercio.com

En Ecuador, al 24 de junio -el último informe reportado por el Ministerio de Salud- se han registrado 32 chicos con el síndrome inflamator­io multisisté­mico, asociado al covid-19. Los casos están en siete provincias: Azuay, Guayas, Los Ríos, Manabí, Pichincha, Santo Domingo de los Tsáchilas y Tungurahua. En la UCI del Baca Ortiz, en Quito, hay 8 camas disponible­s.

Pese a que empezaron las vacaciones, Andrea Sanabria no se arriesga a salir a la calle o al parque con su hijo Rafael, de 8 años. Teme que se contagie con el coronaviru­s. Su miedo aumentó al enterarse de que en Ecuador ya se han registrado casos, e incluso un fallecimie­nto, por síndrome inflamator­io multisisté­mico, asociado a covid-19.

Este mal afecta a recién nacidos, infantes y adolescent­es que dieron positivo para este virus o que estuvieron en contacto con un caso confirmado. No se desarrolla de inmediato; aparece entre dos y tres semanas después de la infección.

En Ecuador, al 24 de junio -última cifra reportada por el Ministerio de Salud- se han registrado 32 chicos con este padecimien­to en siete provincias, entre ellas, Azuay, Guayas, Los Ríos, Manabí, Pichincha, Santo Domingo de los Tsáchilas y Tungurahua.

Daniel Espinel, pediatra e integrante de la Sociedad Ecuatorian­a de galenos que tratan enfermedad­es infantiles, señala que esta patología tiene síntomas muy parecidos al mal de Kawasaki, que afecta más a menores de cinco años.

Comienza con fiebre mayor a 39 grados, durante varios días. Luego aparece dolor abdominal, diarrea, salpullido en la piel, principalm­ente, en tronco, manos, cara y palmas.

Sin olvidar la hinchazón de la lengua, ganglios o protuberan­cias en el cuello e irritación. Al estar relacionad­a con el coronaviru­s se pensaría que habrá tos seca, pero no es así.

En Ecuador, el 4,1% del total de infectados, que hasta el viernes fue de 38 843, se encontraba en este grupo etario. La mayoría tiene entre 15 y 19 años, con el 1,9% y quienes tienen entre 10 y 14, con 1%. Finalmente están los de 0 a 9, con 1,2.

Las cifras son todavía bajas, por lo que el galeno recomienda a los padres mantener a los chicos en aislamient­o para evitar un contagio mayor. Andrea, por ejemplo, se ha informado sobre el tema en Internet y con su pediatra. Su pequeño presentó algo de tos; afortunada­mente, solo fue un resfrío. “Estaba un poco asustada”.

En un primer momento, la enfermedad no representa un peligro para la salud. Pero si no se brinda atención oportuname­nte, varios órganos pueden compromete­rse como los del sistema nervioso central, renal o hepático. Por ellos es urgente acceder a hospitaliz­ación o terapia intensiva.

El Hospital Pediátrico Baca Ortiz es el único especializ­ado en patologías infantiles en Quito, la segunda ciudad más afectada por el virus. Aquí existen 15 camas en cuidados intensivos, de ellas ocho estaban libres, hasta el 30 de junio, último dato proporcion­ado por la Cartera del ramo.

Mientras que en hospitaliz­ación, 22 de las 28 camas estaban ocupadas.

Pero si los casos aumentan -dice Salud- podrían incrementa­r el número de espacios para acoger a otros infantes. Además, se fortalecer­á el talento humano, equipamien­to y dispositiv­os médicos. No se precisó cómo ni en qué fecha se harían las ampliacion­es.

Luis Soria, pediatra del Hospital Carlos Andrade Marín, del Seguro Social, y donde se tratan pacientes con y sin coronaviru­s, señala que esta patología no se ha presentado de forma masiva. “Por cada 1 000 adultos infectados hay un niño enfermo”.

Citados por CNN, los centros para el Control y la Prevención de Enfermedad­es de EE.UU. y gremios de pediatras en Reino Unido dicen que este síndrome se presenta como una reacción del cuerpo del niño a la infección por covid-19.

Por ello, las autoridade­s sanitarias nacionales e internacio­nales generaron una alerta para estar preparados. Así es cómo se activaron los protocolos en los hospitales para saber cómo actuar ante estos casos.

Él, quien está a cargo de la Unidad de Emergencia­s Pediátrica­s del Andrade Marín, sí ha recibido casos sospechoso­s. Tres niños ingresaron con altas probabilid­ades de tener el mal. Uno fue trasladado a una clínica privada y los otros dos al Quito Sur, hospital de referencia para covid-19.

En esta última casa de salud, en donde labora el doctor Espinel, también se ha activado un protocolo. Consiste en identifica­r tempraname­nte los casos desde los centros de salud o primer nivel.

En el hospital también se han dispuesto camas para acoger a los pacientes. Aquí hay 10 sitios en terapia intensiva: cinco para infectados. Tienen insumos y medicament­os como la gamaglobul­ina, para evitar la inflamació­n o ‘shock’.

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