Clases ‘online’ de educación física rompen la rutina
Esta materia, que promueve la actividad física, volvió al horario escolar en este ciclo.
Los lunes, la rutina de clases virtuales de Romina cambia. La niña de 4 años hace un calentamiento antes de empezar los ejercicios de la materia de educación física. Se conecta con su profesor a través de la plataforma Zoom, por 40 minutos. En ese tiempo deja de estar quieta frente a la pantalla.
Para esa actividad, en casa le han acondicionado un espacio de cuatro por tres metros entre la sala y el comedor. La niña realiza estiramientos, camina, salta y aprende las reglas de diferentes deportes, cuenta su madre, María Augusta Cueva.
La educación física no quedó de lado en los horarios escolares de este año lectivo, que lleva dos semanas en Sierra y Amazonía. En este régimen empezaron 1,8 millones de alumnos, a cargo de 99 982 docentes, de quienes 2 969 dictan de esa materia.
En el sistema fiscal no todos los chicos tienen Internet fijo. Por lo que maestros como Carlos Paredes les envían planificaciones y videos, por medio de Whatsapp, para que hagan actividades autónomamente.
Para sus alumnos de cuarto a séptimo de básica, que tienen entre 9 y 12 años, el docente fiscal propone ejercicios con artículos disponibles en los hogares. Además, les pide practicar técnicas de fútbol o de básquet, como dominio y conducción de la pelota.
Paredes también ideó un bloque lúdico, en el que sus alumnos practican juegos de mesa
como parchís o ajedrez, con tableros y fichas creados por ellos junto con sus familiares.
Para la jornada de los alumnos de inicial se sugieren clases de 30 minutos, dos días a la semana. Para básica media y superior, 50 minutos, dos días. Y en bachillerato, los chicos deben hacer educación física durante 40 minutos, un día a la semana, detalló en un e-mail el Ministerio de Educación.
En el sistema público, la asignatura también se incluye en las fichas pedagógicas como proyecto de comprensión relacionado con sociales, ciencias naturales y matemáticas, con juegos, deportes y bailes (expresión corporal).
Zoe es alumna de tercero de bachillerato de un centro particular de Quito. Practica educación física en su habitación, en donde cuenta con un espacio de cuatro por seis metros. Aunque le parece “algo incómodo”, la joven reconoce que el levantarse de su silla y moverse le ayuda a sentirse mejor.
La actividad física es parte integral del desarrollo de niños y jóvenes, señala Carlos Salazar, especialista en Medicina Deportiva. Ejercitarse -dice- evita el sobrepeso que una alimentación poco saludable podría ocasionar, así como el tiempo que se permanece sentado frente a una pantalla.
“Mantener la asignatura de educación física servirá para el desgaste calórico que requieren los estudiantes”, indicó Salazar, quien además recomienda a los docentes no promover actividades tan intensas, ya que no todos los niños permanecen bajo la supervisión de un adulto ante desmayos, torceduras u otras lesiones.
Por ello -dijo- es importante que en las clases, los chicos permanezcan con la cámara encendida para que el profesor observe el desempeño en su pantalla y pueda actuar oportunamente.
Las actividades deben ir acompañadas de buenas alimentación e hidratación, dijo el médico. Recomienda conservar una rutina similar a la que los estudiantes tenían cuando asistían a la escuela: desayuno, ejercicio, recreo, almuerzo y actividades fuera de pantalla durante la tarde.
Del total de maestros de educación física en la Sierra, 924 trabajan en instituciones particulares. Uno de ellos es Luis Jáuregui, quien asegura que la modalidad virtual lo ha llevado a idear cómo captar la atención de los pequeños.
Por ejemplo, el profesor muestra colores a sus estudiantes a través de la pantalla y les dice que cada uno representa un ejercicio que ellos deben realizar: amarillo para un salto, verde para sentarse, rojo para ponerse de pie, etc.
Asimismo, el docente ha optado por interactuar más con sus alumnos con indicaciones directas. Por eso -cuenta- menciona los nombres de los chicos con frecuencia, para que estén atentos y sepan que él está pendiente de cada uno.
A Paola Merizalde le gusta que su hija Sara, de 5 años, tenga educación física. Complementa las materias tradicionales, señala la madre. Pese al encierro y al poco espacio disponible, ve que es importante que ella esté activa. “Para muchos niños es la única opción”.