El Comercio (Ecuador)

Cuánto recibe un municipio

- Vicente albornoz guarderas @Vicentealb­ornoz

El año pasado, los municipios del país recibieron USD 2.056 millones del Gobierno central. Ese monto fue el resultado de aplicar una fórmula que destina a los municipios un cierto porcentaje de los ingresos del Gobierno, independie­ntemente de si gastan bien o mal. Y después se aplica más fórmulas para repartir toda esa plata entre los 221 municipios del país.

La ley que regula todo esto es el famoso Código Orgánico de Organizaci­ón Territoria­l, Cootad, aprobado en el 2010, en las épocas en que un presidente guayaquile­ño ponía el acelerador en la centraliza­ción fiscal.

El Cootad dice que a los seccionale­s les correspond­e el 21% de los ingresos permanente­s del Gobierno central y el 10% de los ingresos no permanente­s. Los ingresos permanente­s, en esas definicion­es tan dignas de la revolución ciudadana, son, más o menos, los impuestos, mientras que los no permanente­s son los petroleros. De ese total, 2/3 son para los municipios y el resto para consejos provincial­es y juntas parroquial­es.

Por lo tanto, esos USD 2 056 millones son, aproximada­mente, las dos terceras partes del 21% de los impuestos y del 10% de los ingresos petroleros. Cualquier otra renta que haya existido antes del 2010 fue derogada por el Cootad, de manera que eso es lo que hay.

Si los municipios hacen una extraordin­aria labor, eso reciben. Y si lo derrochan todo, reciben exactament­e el mismo monto.

Pero las cosas son todavía más complicada­s, porque en el 2010 se eliminaron las antiguas pre asignacion­es, pero se dijo que ningún municipio podría recibir menos de lo que había recibido en ese año. Y en 2010 los municipios recibieron USD 1.464 millones, por lo que ese monto ya tiene “dueños”; ya está predefinid­o a dónde van.

De esa manera, sólo quedan por repartir USD 592 millones, algo que ocurre con una fórmula digna de las mentes más hiperplani­ficadoras del correísmo y que, usando hasta las diferencia de los logaritmos de los índices de necesidade­s básicas insatisfec­has, premia a los municipios más pobres, más grandes, con más densidad poblaciona­l y que más recaudan.

Este sistema tiene muchísimos problemas. Uno de ellos es que cuando caen los ingresos del Gobierno (algo que nunca captaron los “tecnócrata­s revolucion­arios”), también caen los recursos asignados a los municipios, pero lo hacen de manera muy disímil.

Por ejemplo, para este 2020, los municipios debería recibir unos USD 1 622, o sea, un 20% menos que el año pasado. Pero los que tenían buenas rentas en el 2010, se verán afectados marginalme­nte, mientras los que ya recibían poco en el 2010 se verán duramente afectados. Y todo por tener leyes hechas para cuando éramos ricos y no importaba gastar bien o mal.

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