Impedir el sufrimiento
Aproblemas globales, soluciones globales. Un problema de naturaleza mundial es el sistemático debilitamiento del sistema educativo público. La pandemia reveló la sustancial importancia del Estado para enfrentarla a través de la salud y de la educación pública, instrumentos ineludibles y eficaces para minimizar sus perjudiciales efectos; sin embargo, el poder, en contra del sentido común, aprovecha la conmoción para posicionar las estrategias de las grandes corporaciones multinacionales informáticas en su ruta de control total hacia un nuevo orden mundial.
Por esto, la respuesta a esta ofensiva, pasa por recomponer las fuerzas y las iniciativas democráticas planetarias. Esa es la dimensión de la lucha contemporánea. Por esto el Congreso Mundial en defensa de la Educación Pública realizado en estos días, convocado por las organizaciones docentes, sobre todo de América Latina, debe ser saludado.
Este Congreso en su Declaración Final hace diversas constataciones del momento: “El experimento de la virtualidad en casa está siendo usado para colocar una disputa que no existía en febrero de 2020, entre educación presencial en la escuela versus educación virtual en casa. El capitalismo sabe que no puede suprimir de manera impune y rápida las escuelas, pero está creando el imaginario social sobre la obsolescencia de lo escolar. Con ello procura dar entrada a las corporaciones tecnológicas y de contenidos educativos digitales al “mercado educativo”, lo cual va acompañado de una desinversión sostenida…”.
Asistimos a “nuevas formas de privatización, al transferir a las familias, docentes y estudiantes las responsabilidades de los Estados nacionales de garantizar las condiciones mínimas para ejercer el derecho a la educación. Son ahora las familias, docentes y estudiantes quienes deben comprar o repotenciar computadoras, pagar planes de datos para el acceso a internet e incluso adquirir plataformas privadas para poder dar clases virtuales.”
De las varias propuestas del Congreso para defender la educación pública a nivel internacional destaco la necesidad de desarrollar: “plataformas virtuales independientes y nubes digitales soberanas en manos de los sistemas educativos nacionales” y el pedido “a la OIT y la Unesco la urgencia de producir una nueva actualización de las “Recomendaciones de la OIT y la Unesco relativa a la situación del personal docente”, para defender de la sistemática precarización de su labor en colegios y universidades.
A problemas globales, soluciones globales… pero también nacionales y locales. Salvar la educación pública en el Ecuador pasa de manera urgente por defender el presupuesto educativo para el 2021 y por la concertación y acción, de maestros, familias, estado, GADS, y comunidades, de una agenda básica que impida el sufrimiento y la actual expulsión del sistema educativo de miles de niños, niñas y jóvenes.