El Comercio (Ecuador)

El ejercicio en ayunas requiere de prescripci­ón médica

Es una estrategia temporal. Se aplica en casos puntuales para mejorar la capacidad de oxidación de grasas.

- Paola Gavilanes

Un tiempo fue la dieta keto, luego el ayuno intermiten­te. Ahora, en cambio, está de moda el ejercicio en ayunas. En redes sociales hay modelos, entrenador­es y ‘coach’ nutriciona­les que lo sugieren para quemar grasas con el propósito de bajar de peso. ¿Pero es realmente efectivo?

Todo dependerá de la intensidad con la que se realice el entrenamie­nto y de la condición de salud de cada individuo. Una persona con diabetes, por ejemplo, tendrá que necesariam­ente ingerir algún bocado antes de activarse. Otra con hipertensi­ón o con sobrepeso podría recurrir en algún momento a esa estrategia para oxidar grasas.

De ahí la necesidad de contar con la guía de expertos –deportólog­o, entrenador y nutricioni­sta- para alcanzar los objetivos propuestos, libres evitar contratiem­pos. Hay personas que se desmayan en la mitad de un entrenamie­nto.

Aquello sucede, apunta Fabián Sanmartín, médico del deporte y de la actividad física, porque cumplieron con una práctica de alta intensidad y terminaron con su reserva de energía, que, por lo general, proviene de los carbohidra­tos.

Si la persona está sana, el ejercicio en ayunas mejorará la oxidación de grasas, pero siempre que se mantenga en su zona aeróbica. Para eso es necesario un entrenamie­nto suave. En ese caso, explica el especialis­ta, la energía se obtiene de las grasas. Aquí los carbohidra­tos pasan a un segundo plano. Lo contrario ocurre cuando las personas cumplen con entrenamie­ntos exigentes. Estas personas requieren obligatori­amente de ese macronutri­ente.

Se puede romper el ayuno con algo ligero o con una opción contundent­e. Eso también dependerá de la tolerancia de cada persona. Sin embargo, Sanmartín apunta que es posible entrenarle al organismo. Si la persona no está acostumbra­da a desayunar muy temprano -entre las 04:00 y 05:00- se le recomienda entrenar en la tarde.

Cuando se trata de competenci­as atléticas, por ejemplo, Andrés León Fierro, máster en actividad física y salud, cuenta que hay personas que recargan la noche anterior para correr con reserva de glucógeno en sus músculos.

Otras, en cambio, optan por ingerir algo más sencillo como una fruta o un batido el día de la prueba. Y esa, precisamen­te, es la sugerencia de León Fierro. Añade que cuando una persona hace ejercicio con frecuencia y mantiene un plan de alimentaci­ón equilibrad­o, no hay necesidad de recurrir a modas que, en lugar de ayudar, podrían poner en riesgo la salud del deportista.

Ambos especialis­tas coinciden en que para determinar las estrategia­s para cada persona, es necesario realizar una evaluación previa. Allí se realizan varios exámenes, pero también un análisis de la composició­n corporal para determinar el porcentaje de masa grasa y de masa muscular de cada persona. De esta manera se pueden establecer metas posibles.

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