“Por quién doblan las campanas”
Por nosotros, por los ecuatorianos, y no se crea que por la pandemia que es un problema global. Lenín Moreno vetó todo el texto del Código Orgánico de Salud (COS), el mismo que días antes había sido aprobado en su totalidad por la Asamblea Nacional. Ocho años de discusiones que concluyeron en nada, en los que todos tuvieron oportunidad de opinar en pro o en contra en el entendimiento que en democracia de las controversias se llega a los consensos, cuando se procede con honestidad, sin cálculos, responsablemente. Como era de esperarse, la Asamblea Nacional reaccionó de inmediato: se halla empeñada en elaborar un proyecto de ley que modifique el veto a las leyes.
El equipo que le acompaña a Lenín Moreno ha tenido casi tres años para analizar el texto del COS que fue elaborado finalmente por la Comisión de Salud de la actual Asamblea Nacional. No lo hizo. La salud no era una prioridad. El veto total es como haber calificado aquel texto de despreciable, en el que no hay nada rescatable, un adefesio, digamos. ¡No es así! No será perfecto: muy extenso, repetitivo en partes, con textos que ameritan ser simplificados. Comono puede ser de otra manera en temascontroversialesellegisladormantuvosu opinión, razones depormedio. Endemocracia quienes legislan, elegidos por el pueblo, están en la obligación de proceder de tal manera.
En los largos años transcurridos todos hemos tenido la posibilidad de emitir nuestras opiniones ante la Comisión de Salud. En lo que a mi respecta, en el campo de mi incumbencia, en el que puedo opinar con propiedad, estuve en total desacuerdo con el texto del Artículo 82-Fortificación de alimentos, del Proyecto del Código Orgánico de Salud que estaba para ser presentado al Pleno de la Asamblea Nacional para su aprobación. Me dirigí al Dr. William Garzón, presidente de la Comisión de Salud. Su respuesta: “Me permito poner en su conocimiento que sus observaciones han sido debidamente procesadas y atendidas. En el Artículo 113, Fortificación masiva de alimentos constará: La sal de consumo humano deberá ser yodada en forma obligatoria de acuerdo a la normativa emitida para el efecto”. Mejor respuesta, imposible. A mis lectores di a conocer lo antes mencionado (EL COMERCIO, julio 25, 2019). Como todo fue vetado, también el artículo sobre la obligatoriedad de contar con sal yodada para consumo humano. Como este, numerosos casos.
El campo de la salud en general y el de la salud pública en particular (de competencia esta última del MSP) no han merecido por parte de Lenín Moreno la importancia que tienen, la prioridad que se les asigna en el mundo civilizado.
No son de hoy mis desencuentros con la gestión del gobierno actual. Lo del veto total, la gota que ha colmado mi paciencia. Mis opiniones, y desde muy temprano, constan en las hemerotecas del país.