Bananeros calculan que 44 000 h están afectadas por la caída de la ceniza
El banano es uno de los cultivos que más se afectó por la caída de ceniza por la erupción del volcán Sangay, el 20 de septiembre pasado. El material polvoso que se filtró por las hojas y racimos de la fruta impactará en el resultado de las ventas bananeras en septiembre.
Las manchas y escaldaduras en el banano generaron que al menos el 7% del producto no se pueda exportar. El sector calcula que las afectaciones alcanzan 40 000 hectáreas.
El impacto se reflejó en el aumento de la cantidad de fruta rechazada por la mala de calidad, en la zona de empaque de las haciendas.
Luego de tres semanas, en la finca María Paula, en Milagro, aún hay ceniza. Las hojas continúan grises y el proceso de corte en escalera se mantiene. Según Édgar Morales, su propietario, el viento ha ayudado, en parte, a que las plantaciones se limpien.
Sin embargo, esto no ha reducido la cantidad de banano que ha dejado de exportar. De las 2 900 cajas semanales que produce, el 3% no reúne los requerimientos de los mercados internacionales. La demanda externa exige una fruta totalmente verde y libre de imperfecciones.
En los primeros días de la caída de ceniza el porcentaje de fruta rechazada (merma) llegó hasta un 25%, pero con el paso de las semanas esta cifra ha ido disminuyendo hasta llegar a un promedio del 17%.
Un ejemplo es la finca bananera María José de Jhonny Cruz, que produce 270 cajas semanales. Actualmente, la cifra de banano de rechazo está en 1%. De las casi cinco hectáreas, ubicadas en el recinto Los Tubos, en la parroquia Mariscal Sucre de Milagro, solo 27 cajas de la fruta no tienen la calidad exportable. En días pasados eran 108.
Una encuesta realizada por el Clúster Bananero muestra que en el 50% de 19 empresas productoras y exportadoras consultadas, el aumento de la merma es una de las principales afectaciones. Y el 33% dijo que se registró una disminución de la calidad.
Los encuestados son firmas de Los Ríos, Guayas y El Oro.
Las dos primeras provincias fueron de las más afectadas por la caída de material volcánico en septiembre.
Marianella Ubilla, presidenta del directorio de la Asociación de Exportadores Bananeros del Ecuador (AEBE), confía en que, al menos en dos semanas más, ese porcentaje de rechazo y de baja calidad disminuya y la oferta exportable del país se normalice.
En el caso de otros cultivos de ciclo corto, los daños fueron leves por encontrarse en época de cosecha o en madurez fisiológica. Washington Núñez, productor de Babahoyo y presidente de la Corporación Nacional de Arroceros, explicó que el poco polvo que cayó en los sembríos de arroz sirvió, en parte, como fertilizante por su alto contenido de azufre. “Al hacer la cosecha con máquina se levanta el polvo, pero eso no causa mayor impacto en el grano”, dijo.
En las plantaciones maiceras, según Henry Peña, de la Corporación de Maiceros del Ecuador, los productores no tuvieron inconvenientes. Las hojas que cubren la mazorca evitaron que cualquier agente ingresara y las dañara.
Un factor que ayudó a minimizar los efectos de la ceniza fue que el viento limpió las plantaciones de maíz.