Cienfuegos y los cañonazos de 1 millón de dólares
GONZALO RUIZ ÁLVAREZ/
Álvaro Obregón dijo que no hay general que resista un cañonazo de 50 000 pesos. Traído a valor presente y a ética presente podríamos decir que casi no hay general que resista un cañonazo de un millón de dólares.
Obregón se juntó a Madero contra Porfirio Díaz y derrotó a Pancho Villa. Eran tiempos de revolucionarios y nacionalistas en el siglo XX. Luego fue presidente de México.
Salvador Cienfuegos fue detenido con su familia en California. La trayectoria de Cienfuegos era seguida de ceca por la DEA (Administración de Control de Drogas de Estados Unidos). Cienfuegos obró como secretario de la Defensa Nacional en el sexenio de Enrique Peña Nieto. Nada más ni nada menos que el más alto cargo de un militar de uniforme en el gobierno.
Las Fuerzas Armadas mexicanas han mantenido un pulso sangriento contra los carteles de la droga, particularmente poderosos y violentos. A veces, impotente la Policía se ha militarizado extensas zonas.
Suena fuerte que sea una ex cabeza militar la que deba rendir cuentas. Y si bien, como insiste el presidente López Obrador, cabe la presunción de inocencia para Cienfuegos, parecería difícil que la DEA se equivoque con una detención tan sonada si no tuviera evidencias que inculpen a Cienfuegos.
Las fuentes que citan varios medios internacionales aluden a una vinculación presunta con uno de los líderes del cartel de Sinaloa, ahora en prisión. Sostienen los medios que el juicio en contra del ‘Chapo’ Guzmán está de por medio. Las investigaciones podrían escalar a las altas esferas del poder según fuentes de un periodista de New York Times.
A Cienfuegos le decían ‘El Padrino’. Los capos de la droga son expertos en comprar jueces, fiscales, policías y políticos. O trabajan para ellos o los amenazan y hasta matan.
Colombia cunde en ejemplos de personas que no se resistieron a un cañonazo de un millón de dólares o a aparecer acribillados.
Uno de los dilemas de los tiempos: la ética pública superada por el dinero sucio.