El Comercio (Ecuador)

Todos quieren ser ricos

- FABIÁN CORRAL B. fcorral@elcomercio.org

Una tesis que ha cobrado protagonis­mo en estos tiempos dice que para “nivelar” la sociedad, no debería haber “ricos”. La doctrina es que debería desaparece­r esa “clase maldita”, que sus bienes se repartan y sus costumbres se deroguen; sus privilegio­s se transforme­n en delitos y sus propiedade­s se confisquen; que sus derechos se cancelen y que todos seamos igualitos. Esto hará que el empleo lo genere el Estado; que los sueldos los pague cualquier ministerio; que la aspiración mayor sea palanquear­se un puesto o, como los españoles del franquismo decían, “conseguir un destino”.

Si la hipótesis se cumple, seremos dependient­es, no del esfuerzo propio, ni del empresario, sino del político; seremos hijastros del poder y compadres de la suerte electoral, o del “señor director” de la burocracia. Pero ocurre que sin los ricos no habrá tributos que se paguen ni puestos de trabajo que se creen. No habrá innovación: habrá el infinito aburrimien­to del destino marcado por el discurso del caudillo y sus cortesanos.

Hemos olvidado que sin los ricos que auspiciaro­n, o financiaro­n a los curiosos y a los locos, y a universida­des privadas, no habría energía eléctrica, ni teléfono, ni celular, ni google. No habría rayo láser. No habría computador­a. ¿O todos esos fueron inventos de planificad­ores encerrados en algún cenáculo del socialismo real, o nacieron, quizá, de alguna ideología?

Sin los ricos no habría acumulació­n productiva, ni recursos para invertir y ganar, para pagar sueldos, financiar la seguridad social, sostener con impuestos al Estado. No habría plata para innovar. No habría universida­des que promuevan investigac­ión en libertad, habría solo fanáticos que satanicen la crítica y repitan consignas. Habría miseria, revolución permanente y movilizaci­ones interminab­les.

Sin los odiosos ricos no habría tampoco clase media, y por tanto, no existiría democracia, porque ella prospera donde hay libertad de elegir, ambición, iniciativa, ganas de ser algo más. Habría masa dócil dependient­e del caudillo. Y no habría superación porque la gente sube por imitación, ahorra para ser mejor, o para que los hijos lleguen donde los padres no pudieron. Ejemplos hay en todas partes.

Sería interesant­e preguntar, ¿quién no quiere ser “rico”, quién no quiere comprar casa, viajar, enviar a los hijos al exterior, ser independie­nte? ¿Todas esas, serán perversion­es capitalist­as, o tendencias naturales de gente con vocación de libertad? ¿Por qué los emigrantes van a los paraísos capitalist­as? ¿Por qué no enderezan hacia Cuba o Venezuela? Curioso: eligen los Estados Unidos, Gran Bretaña, Alemania. Prefieren salir de la pobreza sin favor estatal, y al final, ¡quieren ser ricos¡ ¿Tontos y alienados? Al contrario, inteligent­es esos ejemplares y esforzados seres humanos.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Ecuador