El salario del 2021 está listo
En las próximas semanas empezarán las negociaciones para definir el salario básico que regirá a partir de enero del 2121. Y como ha sido costumbre, lo más probable es que no haya acuerdo entre empleadores y trabajadores.
En las últimas décadas, a excepción del año 2016, el Ministerio de Trabajo ha definido el alza del salario básico, con una gran dosis de subjetividad y bajo las directrices emanadas por el gobernante de turno.
Para el presente año, que se anticipaba como de estancamiento económico, el salario básico quedó en USD 400 mensuales, un aumento de USD 6 respecto al año previo, sobre la base de las proyecciones de inflación y de crecimiento económico.
Con los efectos de la pandemia, toda proyección económica para el 2021 será negativa, lo cual incidirá en la negociación del nuevo salario. Por un lado, los trabajadores pedirán que suba para así cubrir los daños que está dejando el covid. Por otro lado, los empleadores se anclarán en la crisis económica para que el salario quede congelado.
Aunque ambos tienen argumentos para sustentar sus posiciones, la realidad es que el empleo se ha deteriorado, la jornada de trabajo se ha reducido y las remuneraciones de los trabajadores han caído.
Los recientes resultados del INEC sobre el mercado laboral de septiembre evidencian que el empleo está mejor respecto a junio pasado, pero mucho peor si se compara con septiembre del 2019.
Lo anterior era algo que tenía que darse. El confinamiento y las restricciones de movilidad destrozaron las plazas de trabajo desde mediados de marzo hasta principios de junio. Luego, la paulatina apertura de negocios se reflejó en una mayor actividad de los negocios y, por ende, en una recuperación del empleo. Las personas sin empleo pasaron de un millón a 523 000 entre junio y septiembre de este año.
Además, la Ley Humanitaria y otras normas emitidas por el Ministerio de Trabajo han contribuido a flexibilizar las reglas laborales con el objetivo de amortiguar los efectos de la recesión sobre el empleo.
La más reciente de esas normas es el Acuerdo 185, que busca terminar con la subjetividad oficial a la hora de fijar el salario básico a partir del 2021.
Esa iniciativa es correcta porque al fin plantea una metodología para calcular el alza salarial con base en cuatro factores: inflación, productividad laboral, empleo en el sector formal y empleo en el sector informal. Se podrá discutir si esas variables son suficientes o no, pero es un buen punto de partida para terminar de una vez por todas con la subjetividad de las autoridades para decidir subjetivamente sobre un precio tan importante como el salario básico.
Ahora, si los trabajadores y los empleadores ya conocen la metodología y hacen los cálculos, ya sabrán la decisión que tomará el Ministerio de Trabajo, por lo que no haría falta ninguna negociación. Se espera que haya un acuerdo sobre la fórmula propuesta, ya que eso daría una certeza a largo plazo sobre el salario básico.