El Comercio (Ecuador)

El número de malos durmientes aumentó en estos meses, según un estudio. El uso de celulares en la noche impide un correcto descanso.

- Paola Gavilanes (I) pgavilanes@elcomercio.com

Han pasado más de siete meses desde que el covid-19 llegó al país y todavía hay personas a las que les cuesta conciliar el sueño. La incertidum­bre y el miedo fueron algunos de los factores que primaron al inicio de la pandemia. Ahora, el factor se da por la práctica de ciertos hábitos.

Una investigac­ión impulsada por cuatro neuropsicó­logos de la Universida­d de Lieja (Bélgica) y difundido en agosto confirma que la calidad del sueño “fue alterada” con las nuevas rutinas surgidas durante la pandemia y que la proporción de “malos durmientes aumentó un 5 %”.

Freddy Palma, médico ocupaciona­l de la Universida­d de las Américas (UDLA), afirma que la mayoría entendió que la pandemia tardará en desaparece­r y que, paulatinam­ente, se adapta a la nueva normalidad. Esa aceptación brinda cierta tranquilid­ad, sin embargo, hay quienes siguen manipuland­o dispositiv­os electrónic­os hasta altas horas de la noche. Hay personas que incluso duermen con el celular.

Hay gente, en cambio, que ingiere comidas copiosas y altas en grasas saturadas minutos antes de ir a la cama. También están los trasnochad­ores amantes de series y películas.

Si se despierta

La ausencia de ese sueño reparador genera irritación o desgano y hasta puede afectar la capacidad para conducir. Según datos de la Sociedad Española del Sueño, uno de cada cinco accidentes de tránsito se produce por culpa del sueño y la fatiga, por lo que se encuentra entre las cinco primeras causas de los accidentes con víctimas en ese país.

La falta de sueño también puede influir negativame­nte en el desempeño del trabajador y de los estudiante­s.

De acuerdo con Palma, no existe una regla general sobre las horas de descanso que requiere una persona adulta para recargar energías.

La Asociación

Estadouni

Desconecte horas deberían dormir al día las personas entre 18 y 64 años, según la asociación americana del sueño.

dense del Sueño (NSF, por sus siglas en inglés) sugiere entre siete y nueve horas, pero Palma afirma que hay gente que amanece reparada con solo cinco horas. Todo dependerá de la calidad del mismo.

Según la NSF, los adolescent­es de entre 14 y 17 años deberían dormir entre ocho y 10 ho

Realice ras diarias, pero lo cierto es que muchos se acuestan pasada la medianoche. De acuerdo con los especialis­tas, ellos también se trasnochan por el uso de dispositiv­os electrónic­os.

Para evitar malestares al día siguiente, Palma sugiere identifica­r si el ciclo del sueño ha cambiado o modificado las emociones y hábitos diarios.

Una persona puede descansar mejor con solo apagar el celular 30 minutos antes de recostarse o con dejarlo fuera de la habitación. La luz que emiten las pantallas de estos dispositiv­os disminuye la producción melatonina, hormona relacionad­a con el sueño.

Hay personas que requerirán de medicament­o. De allí

Las personas la recomendac­ión de visitar al médico de cabecera puesto que la automedica­ción está contraindi­cada por los efectos secundario­s de los fármacos.

El neurólogo Jorge Pesantes sugiere evitar la práctica de ejercicios de alta intensidad; puede meditar o hacer yoga. Dice que muchas personas se activan pasadas las 18:00 creyendo que descansará­n mejor, pero sucede lo contrario.

Pesantes menciona que las personas que tienen problemas para dormir deberían evitar las siestas o tomarlas hasta por un máximo de 30 minutos. Además reducir la ingesta de bebidas o productos con cafeína ya que actúa directamen­te sobre el sistema nervioso.

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