Daniel Viveros dejó el amateurismo para pelear en el ‘Karate Combat’
Antes de las peleas, Daniel Viveros suele llamar a su esposa, Gabriela Guamán, para tranquilizarse. Esta tradición también incluye una oración y palabras de aliento.
El ecuatoriano, de 32 años, que hace dos semanas ganó su primer encuentro en la Liga norteamericana Karate Combat, cumple con su segunda temporada en el profesionalismo, tras retirarse de las competencias amateur.
El quiteño suma tres peleas de manera profesional, desde inicios del 2019. Tuvo un mal arranque, debido a sus dos primeras derrotas, por lo que se sintió angustiado por la continuidad de su contrato, pero el triunfo que consiguió el sábado 17 ante el griego Stefanos Roupakas –en Hungría- le devolvió la confianza.
“Con la victoria me siento tranquilo, venía con angustia porque estos son combates de tipo profesional y si no rindes o no eres negocio para la industria, te sacan. Estaba angustiado por la continuidad de mi contrato, pero por suerte eso ya quedó arreglado”, afirmó vía telefónica.
Esa pelea finalizó en solo 50 segundos, luego de que el ecuatoriano derribara a su rival y lo noqueara. El video se hizo viral en las redes sociales y tuvo una repercusión que Viveros no esperaba. El triunfo lo ha motivado para buscar el campeonato de los 67 kg.
Karate Combat se proyecta como una empresa de entretenimiento, basada en los combates, similar a la UFC. Esta liga pretende ser una alternativa, con peleas más fluidas, sin llaves en el suelo y dando prioridad al cruce de golpes.
Viveros, que fue karateca amateur, todavía se está adaptando al cambio, las competencias en el profesionalismo le resultan más complejas. El quiteño dice que debe estar más concentrado que antes y prestar mayor atención a los detalles del combate.
“Es una sensación diferente porque te pueden hacer daño, no es cualquier golpe, hay que poner más cuidado y tratar de tener un entrenamiento diferente”, contó el deportista, que hasta el 2018 perteneció al Plan de Alto Rendimiento de la Secretaría del Deporte.
El karateca se destacaba en competencias de ciclo olímpico, su triunfo más importante fue la medalla de oro que ganó en los Juegos Panamericanos de Guadalajara, en el 2011. Cuenta que ahora, como profesional, pelea por él y su familia, sin dejar de lado la bandera ecuatoriana.
Reconoce que se retiró del amateurismo por dinero. El sueldo que ganaba en el Alto Rendimiento le ayudaba, pero prefirió buscar un mejor ingreso para sostener a su familia.
“En una noche de Karate Combat, ganas lo que en un año y medio daba el Alto Rendimiento, lo que es una gran diferencia. A mi edad trato de darles bienestar y una buena vida a mi esposa e hijo, que uno no tuvo. También ayudo a mi mamá y mi hermana menor”, contó el deportista.
Reconoció que pese a la satisfacción económica y familiar que le deja estar en esta nueva etapa, le duele haber dejado de lado su sueño de competir en los Juegos Olímpicos. El karate será considerado por primera en Tokio 2021.
Como medallista panamericano ganó una pensión vitalicia, que únicamente podía cobrar tras su retiro. Esa fue otra de las razones para dejar el deporte amateur, ahora recibe ese dinero y se ayuda con su sueldo como asistente técnico de la Federación Ecuatoriana de Karate (FEK).
Además de sus gastos familiares, debe administrar sus ingresos para costear su preparación y pagar los salarios de su equipo multidisciplinario. Su entrenador es Luis Valdiviezo; también tiene un preparador físico y un fisioterapeuta.