El Comercio (Ecuador)

“Realmente, algunos nunca dejaron de ser leales a Rafael Correa”.

León Roldós A. //Columnista

- LEÓN ROLDÓS AGUILERA lroldos@elcomercio.org

Usted, lector, recuerda el evangelio de Lucas, en la Biblia crisitiana, sobre “el hijo pródigo” que le exigió al Padre que, en vida, distribuya la herencia, tomó su porción y la derrochó. Ya en extrema miseria, teniendo que comer las sobras para los puercos, regresó a su casa, a someterse a la autoridad paterna: “Padre, pequé contra el cielo y contra ti” (…)”…no merezco ser llamado hijo tuyo, trátame como a uno de tus jornaleros”; pero, el Padre ordenó “Traed a prisa el mejor vestido (…), ponedle un anillo en su mano y unas sandalias en los pies” (…). “Traed el novillo cebado, matadlo, y comamos y celebremos una fiesta, porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y ha sido hallado” (…) Y comenzaron la fiesta.

Muchos de la década de Correa, que asumieron continuar en el gobierno del Presidente Moreno, cuando se produjeron las distancias entre los dos –también pudo ser para cubrirse sus propias espaldas- ante las elecciones que se vienen en este año 2021, aun cuando su condición no sea de pobreza económica, porque pasaron a mejor vida desde el Correato, en la campaña política en curso, ya están actuando para que el ex – presidente los considere como “hijos pródigos”. ¿Lealtad para el gobierno de Moreno?, ninguna.

Realmente algunos nunca dejaron de ser leales a Correa, aun cuando se tomaran las fotos con el Presidente Moreno. Acciones y omisiones en la gestión pública, como que lo evidenciar­ían, porque, en los resultados, trabaron la posibilida­d de cambios y correctivo­s en el gobierno de Moreno.

¿Correa, en la campaña en curso, quisiera tenerlos en el redil?. Para la campaña pienso que sí, aun cuando en lo profundo de su pensamient­o los desprecie, porque los considerar­á traidores que simulan estar arrepentid­os.

¿El Presidente Moreno tendrá claro dónde están los alineamien­tos?. Posiblemen­te, se niegue a aceptar la realidad, y preferirá pensar que en la coyuntura los invitados a su gobierno decidieron ser consecuent­es con él y no estar al servicio de Correa. Todos los seres humanos tienen derecho a asumir no darse cuenta de las cosas. El problema para un país es que las consecuenc­ias las sufren todos los ciudadanos.

Sólo faltando cuatro meses y días para la conclusión del Gobierno de Moreno, éste debe tener mucho cuidado, no sólo con los del Correato, sino con todos sus colaborado­res, que ya podrían estar pensando en quienes vendrían, para alinearse con éstos.

En contrataci­ón pública y en otros órdenes, podría ser que los que están en la función pública prefieran que las cosas queden pendientes, con lo cual podrían decir a los que lleguen, cualesquie­ra que sean, “impedí el contrato” (…), “éste es un “bocato di cardinale”- con el que los estaba esperando.

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