El 9 de febrero se evaluará si se puede volver a clases presenciales
226 002 contagiados de covid-19 se registró hasta ayer en el país
Mateo y José Adrián comprobaron que ir al colegio en medio de la pandemia fue muy diferente a lo que recordaban. Ya no pudieron abrazar a sus compañeros ni manipular marcadores para escribir en el pizarrón, por ejemplo. Pero cuentan que ellos lograron comprender mejor las explicaciones de sus profesores y pudieron ver, aunque de lejos, a sus amigos.
Estos niños, de sexto y noveno de básica, son parte de un grupo de 90 estudiantes de un plantel particular de Quito. Sus familias decidieron enviarlos de vuelta a las aulas desde el 4 de noviembre. Luego, en diciembre, salieron por las vacaciones de Navidad y fin de año y esperaban con ansias un nuevo retorno, el lunes 18.
El 21 de diciembre, el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) nacional dispuso medidas de restricción. Adelantándose a los efectos del covid-19, tras las festividades, determinó el regreso presencial para el 18.
Pero ayer anunció que las clases presenciales seguirán suspendidas para 283 instituciones educativas con planes piloto aprobados. En 79 planteles de ese grupo, el 30% de alumnos ya asistió a las aulas entre septiembre e inicios de diciembre; 12 de ellos particulares. El resto tenía autorización para empezar este mes.
Sin embargo, tras el anuncio de que la variante londinense del SARSCOV-2 está en Ecuador, las autoridades decidieron que las clases sigan siendo virtuales. Revisaron el informe del Ministerio de Salud y también la capacidad hospitalaria, explicó el presidente del COE y director del ECU-911, Juan Zapata.
El 9 de febrero se volverá a evaluar la posibilidad del regreso a las escuelas, tomando en cuenta la situación sanitaria del país. En eso coinciden epidemiólogos como Daniel Simancas, quien opina que durante dos o tres meses se deberían aumentar las restricciones y mantener a los alumnos educándose remotamente.
Hasta ayer había 226 002 casos confirmados de covid-19; 79 269 en Pichincha. Allí, el 93% de las unidades de terapia intensiva está lleno.
Resultaría inoportuno, dijo el especialista, que se reiniciaran las clases frente a un crecimiento sostenido de casos. “La evidencia científica señala que los niveles de propagación en escuelas y en niños son bajos, y la sintomatología también. Pero en algunos lugares de Europa se han duplicado o triplicado los contagios en esas edades y nuestro sistema hospitalario no está en capacidad de soportarlo”.
Esta semana, el EMDI School aplicó pruebas para covid-19 a su personal docente, administrativo y de servicio, para retomar la asistencia que estaba prevista para el lunes próximo. Pero por la decisión del COE cancelaron todo, tenían planificado que asistiera el 30% de 251 alumnos.
“Acataremos las disposiciones de las autoridades”, comentó el rector, Hugo Íñiguez, quien además recordó que “es muchísimo lo que los alumnos pierden al estar un año encerrados en sus casas”. Para él, con cuidados adecuados, responsabilidad y cumplimiento de normas, los chicos podrían estar bien.
En otros planteles, como el Liceo del Valle, se tomó la decisión de no retomar clases presenciales mientras no estén vacunados todos los estudiantes y maestros. Los padres de familia de esa institución prefieren precautelar la salud de sus hijos; y las autoridades, la de sus funcionarios.
La Cartera de Salud, como en otros países, anunció que las vacunas solo se aplicarán en mayores de 18 años.
El colegio -subrayó el rector Patricio Cevallos- tiene los recursos tecnológicos y metodológicos adecuados para cumplir con objetivos pedagógicos hasta que el retorno a clases presenciales sea seguro.
Averónica Ribadeneira, madre de familia de ese plantel, le parece que la plataforma Teams en la que tienen clases virtuales es segura para sus hijas de 10 y 14 años. Además, cuentan con la web de trabajo en línea para inglés, razonamiento lógico y matemáticas. Y otra para que los padres supervisen los deberes de sus hijos en cada asignatura.
Otros padres de familia, como María Cristina Ayala, se mantienen a la expectativa de la reapertura de más escuelas para tener, al menos, tutorías presenciales un día a la semana.
Su hijo de séptimo año, cuenta, le comparte su deseo de ver a sus compañeros antes de terminar la primaria. En su escuela, cada aula funciona con siete niños; por eso, a esta madre le parece que la asistencia podría ser manejable con tres o cuatro alumnos. En todo caso, los planteles han levantado encuestas para conocer la opinión de su comunidad.