Lenta reactivación económica en Ambato
La mayor parte de fábricas registra una reducción en la producción y en las ventas
Las industrias textil, metalmecánica, automotriz y del cuero, y el comercio no logran recuperarse de la crisis, por la pandemia. Estas actividades son las principales generadoras de mano de obra en Ambato y Tungurahua.
Luego de la finalización del confinamiento, la producción de estos sectores apenas logró una reactivación de entre el 35% y el 40%. Además, 23 000 personas vinculadas a estas actividades quedaron en la desocupación entre marzo y diciembre, según un informe de la Dirección de Producción de la Prefectura de Tungurahua.
Aunque el Ministerio de Trabajo informa que este año se han recuperado 7 000 empleos en la provincia, la reactivación en Ambato es paulatina. Así indica Diego Proaño, director de Producción de la Prefectura.
Eso se observa, según Proaño, en las plantas de producción textil, curtiembres y otras fábricas. Las jornadas laborales se han reducido y hay una menor producción, por la falta de demanda. Algo similar ocurre con el comercio. Cree que estos sectores podrían reactivarse si se concretara la llegada de más vacunas y se generaran nuevas políticas públicas.
La industria del cuero y calzado está muy afectada. Lilia Villavicencio, presidenta de la Cámara de Calzado de Tungurahua, señala que la comercialización de calzado bajó el año pasado. Se dejaron de confeccionar y vender 18 millones de pares de zapatos en todo el país. Y más de 10 empresas de la provincia cerraron.
Los almacenes venden poco y se cancelan los pedidos, por lo que muchos empresarios optan por reducir personal, dice Villavicencio. “Hay esfuerzos para tratar de subir el consumo con innovación y nuevos productos, como calzado casual, deportivo, industrial y para el área de salud”.
En estos dos meses, la producción de la fábrica de calzado industrial Búfalo cayó un 50%. Antes, confeccionaba 1 000 pares diarios, ahora bajaron a 500. Eso obligó a sus propietarios a reducir horas de trabajo, para evitar despidos.
Patricio Chérrez, gerente de la fábrica, cuenta que la producción ya tuvo un declive desde del levantamiento indígena de octubre del 2019 y se profundizó más con la pandemia. Afirma que la banca pública no ha apoyado con créditos.
Para los textileros también hay un panorama similar con apenas un 20% de reactivación en este año, según los cálculos de los empresarios.
Para Milton Altamirano, gerente de la empresa Impactex y presidente de la Asociación de Confeccionistas Textiles (Acontex), la situación es compleja. En su planta trabajan en una sola jornada, porque no hay demanda de las prendas. Por esa razón puede haber desvinculación del personal.
En Impactex labora Silvana Tonato, desde hace dos años. La joven teme por su estabilidad, ya que el trabajo bajó en más del 80%. “Estamos con incertidumbre y preocupados”.
El sector carrocero no fabricó 840 unidades de transporte en todas las modalidades.
Santiago Vargas, gerente de la industria Varma, señala que
el sector metalmecánico-carrocero está en crisis, debido a que dependen de la transportación, que tardó en reactivarse tras el confinamiento.
Las operadoras de pasajeros, sobre todo, fueron las últimas en retornar a sus labores. “Al no tener recursos no pueden renovar sus buses y nos quedamos sin trabajo”.
Además, los transportistas también están endeudados, por la caída de los usuarios. Santiago Narváez, presidente de este gremio en la provincia, asegura que las deudas ascienden a USD 30 millones.
Según el dirigente, aún no han logrado cancelar las deudas porque hay pocos pasajeros y deben cumplir los aforos. “Si esto no mejora nos comenzarán a quitar nuestras unidades de trabajo. Por eso pedimos apoyo al Gobierno”.
Diego Mosquera, presidente de la Cámara de Comercio de Ambato, explica que esta área registró pérdidas del 45%. En la ciudad se movían USD 9 millones diarios, pero ahora no llegan ni a los 4,5 millones.