El Comercio (Ecuador)

Páguese con las reservas

- César augusto Sosa casosa@elcomercio.com

Por el bien de quienes tienen depósitos en el Banco Central del Ecuador (bancos privados, cooperativ­as, IESS, empresas públicas, municipios y otros), es importante que la Asamblea debata, mejore y apruebe el proyecto de Ley de Defensa de la Dolarizaci­ón.

No sabemos quién ganará las elecciones en abril y tomará las riendas del país a partir del 24 de mayo próximo, pero ni Andrés Arauz ni Guillermo Lasso deben tener el control del Banco Central y, por ende, de los recursos de la reserva monetaria, como ocurre en la actualidad gracias a una normativa promulgada en el gobierno anterior.

La razón es simple. Los recursos de la reserva no pertenecen al Gobierno, sin embargo, en años pasados fueron usados para financiar al fisco. La lógica que se impuso fue que todos los recursos disponible­s en la economía deben ser utilizados para fines productivo­s. Y nadie mejor que el Gobierno para saber qué hacer con los recursos, sean públicos o privados.

Como resultado de esa lógica, la reserva ya no tiene suficiente­s dólares para responder a los dueños de la plata, ya que ellos entregaron USD 12 600 millones en efectivo y el Banco Central hoy solo cuenta con unos 6 000 millones de liquidez. La diferencia son papeles que difícilmen­te se pueden negociar para obtener efectivo.

Durante el gobierno anterior, el Banco Central actuó como un banco comercial y prestó buena parte de sus depósitos a un solo cliente: el Gobierno, que además lo controló y no pagó a tiempo. En la banca privada eso se llamaría crédito vinculado.

Ahora vemos que en la campaña para la segunda vuelta electoral, el candidato Andrés Arauz ofrece pagar las obligacion­es pendientes del Gobierno con los GAD, así como un bono de USD 1 000 a un millón de familias, con los recursos de la reserva, en la cual el Régimen tenía unos USD 800 millones hasta el 19 de febrero pasado.

Como los números no cuadran y no alcanza la plata, la única opción para cumplir la promesa es mantener la normativa vigente, para que el Gobierno continúe canjeando la liquidez de la reserva por más papeles del Ministerio de Finanzas. En última instancia, el candidato pagaría sus ofertas de campaña con dinero ajeno.

Los defensores de este tipo de políticas también argumentan que el Banco Central debe ser un actor en la reactivaci­ón de la economía, lo cual es deseable y necesario. Sin embargo, para que eso pueda darse, primero debe tener recursos propios, es decir, reservas que superen los depósitos.

Lo anterior significar­ía tener más de USD 12 600 millones, consideran­do las cifras del mes pasado. Con los excedentes se podrían hacer, por ejemplo, operacione­s de mercado abierto, con el fin de inyectar liquidez al mercado y así reactivar la economía.

Si el Banco Central tiene alguna utilidad en un país dolarizado, primero necesita operar bajo una normativa que le permita trabajar técnicamen­te en función de la sociedad y sin conflicto de intereses, sea con el Ejecutivo o con el sector privado.

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