Paola Bonilla, una triatleta que correrá la maratón olímpica
La cuencana es la actual poseedora de la marca nacional de los 42 km
Andrea Paola Bonilla Tello nació el 5 diciembre de 1986 en Cuenca.
Cuatro veces campeona Panamericana. Ganó el bronce en los Bolivarianos y fue cuarta en el Mundial Juvenil.
En la Maratón de Valencia estableció un récord nacional, con 02:28:24.
En Paola Bonilla la sonrisa es una impronta que pocas veces se borra de su rostro. La cuencana de 34 años ya está clasificada a los Juegos Olímpicos de Tokio en la dura y larga competencia de la maratón.
“El 6 de diciembre del 2020 fue uno de los días más felices de mi vida. Cumplí el sueño que tenía desde los 10 años”, añade la atleta e ingeniera comercial, tras culminar el entrenamiento el viernes último.
Se entrena en pista y asfalto dos veces al día. Cada sesión dura entre dos y tres horas. “Y luego viene el entrenamiento invisible, que es el descanso”, puntualiza la magíster en Recursos Humanos y Economía.
Paola se impuso llegar a los Juegos Olímpicos cuando practicaba triatlón. Hasta que cumplió 22 años fue cuatro veces campeona Panamericana, alcanzó tres medallas de oro en los Sudamericanos, ganó la medalla de bronce en los Juegos Bolivarianos y fue cuarta en el Mundial Juvenil.
Se retiró por cuestiones personales y viajó a España para alcanzar sus dos maestrías y en Inglaterra estudió el idioma inglés por seis meses. En el 2015 retornó a Cuenca y se volvió a calzar sus zapatos de atletismo. “Escogí la maratón (42 km) para buscar el sueño olímpico”, puntualiza.
Empezó a trabajar con el entrenador Julio Chuqui para buscar el cupo olímpico y la marca. Su último registro internacional fue de 02:38:00 horas, muy lejos del 02:29:30 que exige la World Athletics (nueva nominación de la Federación Internacional de Atletismo) para ir a Tokio.
En el 2019 fue novena en los Juegos Panamericanos y en el 2020, pese a la pandemia y a los entrenamientos restringidos, Paola logró la marca de 02:28:24 que constituye nuevo récord nacional. “Ese día, lo primero que hice fue hablar con mis padres, Julio y Sonia, y con mi hermana, también Sonia”.
Desde enero ya trabaja para el 7 de agosto del 2021, cuando debe estar en línea de partida de la maratón olímpica, que no será en Tokio sino en Sapporo. “Se pronostica mucho calor y humedad. Estuvimos 15 días en Salinas para entrenarnos en condiciones similares”.
En el próximo trimestre espera competir en dos o tres carreras de 10 km en Estados Unidos y también en una media maratón (21 km). “Queremos competir en los 10 000 metros del Campeonato Sudamericano, que se realizará en Argentina en mayo, porque queremos ganar velocidad”.
Espera realizar dos ciclos de entrenamiento en Portugal y en la ciudad japonesa de Kitami, a la que llegará dos semanas antes de los Juegos para adaptarse al huso horario del país nipón. Todo lo tiene planificado con el DT Julio Chuqui, así como al resto de profesionales de su equipo: Anabel Barahona (psicóloga), Roxana Dávila (nutricionista), Boris Cáceres (fisioterapeuta) y Hugo Coronel (médico). El esfuerzo económico es grande porque no pertenece al Plan del Alto Rendimiento.
Ya perdió la cuenta de cuántas pruebas PCR ha tenido que realizarse. “Viajamos a Polonia para el Mundial de Media Maratón en noviembre y en diciembre a España, para la Maratón de Valencia. Teníamos que dormir en el avión con la mascarilla puesta”.
Por esas participaciones ya sabe a qué procedimientos sanitarios debe someterse en los aeropuertos, al llegar a los hoteles oficiales de los torneos y a las nuevas normas de alojamiento. “Las tres comidas diarias nos las llevan a la habitación. Salimos solo para entrenarnos. El ingreso a pista también es limitado y con horarios fijos. Se ha perdido la convivencia entre atletas”.
Sin embargo, nada borra la felicidad de ser llamada atleta olímpica. “El 7 de agosto me imagino como otro día importante en mi vida”, dice Paola, que espera que sus padres y hermana la acompañen en la participación, pues Japón aún no aprueba el ingreso de turistas, además de los deportistas para los Juegos.