Restaurantes de alta gama se adaptaron a la nueva realidad
para fechas especiales, como Navidad o San Valentín.
La Pecadería, bar de ostras y almejas (Cumbayá), también se adaptó al servicio de entregas a domicilio, según Carolina Reece. Pero una vez que se reabrió el espacio, la reducción de aforo se convirtió en un problema, pues muchos locales del sector son pequeños.
Entonces, nació la iniciativa de peatonizar las calles durante el fin de semana, para ampliar el aforo. Este proyecto fue llamado Circuito de Cumbayá y ya cumplió ocho meses beneficiando a 81 comercios.
Tras casi un año de pandemia, esos establecimientos siguen ofertando el servicio a domicilio. No obstante, este representa menos del 20% de la facturación total de cada espacio. Los propietarios dicen que los comensales prefieren salir y vivir la experiencia.
El caso del restaurante Urko, del chef Daniel Maldonado, es diferente. Si bien le apostó al ‘delivery’ al inicio, el cocinero prefirió no seguir con este sistema; disminuía la experiencia que quería ofrecer.
Al mismo tiempo, Maldonado dirigía Anker, en Galápagos, un restaurante más casual y que trabaja con base en la sostenibilidad y la comunidad. El chef decidió cerrar ese restaurante y traerlo a Quito, al espacio que ocupaba Urko. El objetivo es que ambos restaurantes se fusionen. Mientras tanto Anker, un restaurante que tenía principalmente un público extranjero, sigue a la espera de que el turismo se normalice.