El Comercio (Ecuador)

A cinco años del terremoto, la reconstruc­ción aún continúa

La construcci­ón de casas, hospitales, estación de bomberos y otras están pendientes. Hay 45 proyectos por ejecutarse.

- María V. Espinosa. Redactora mespinosa@elcomercio.com (I)

Manabí y Esmeraldas reactivaro­n su economía posterremo­to, pero las obras de viviendas, hospitales y servicios básicos no terminan. Los ciudadanos exigen que se ejecuten los proyectos.

La música y las voces de los comerciant­es y clientes son incesantes en Tarqui, la parroquia más grande de Manta. Ese bullicio ha devuelto la vida a esta zona, donde funcionan 200 locales, que se han reactivado, tras cinco años del terremoto de 7.8 grados que afectó a Manabí y Esmeraldas.

Galyplast fue el primer negocio que regresó a Tarqui, hace cuatro años. Galo Dávila abrió su local entre el ruido de la reconstruc­ción. Ahí empezó a convocar a los otros comerciant­es para que se reintegren.

Tenían miedo porque a un año del terremoto aún se hacían demolicion­es y las calles estaban cerradas por las obras del alcantaril­lado. Además, 1 000 vendedores se habían instalado en el centro comercial popular Nuevo Tarqui.

Dávila soñaba con ver poblado nuevamente a Tarqui, que antes del terremoto tenía 5 000 locales. Les insistió en el 2018. Poco a poco, los comerciant­es empezaron a volver: unos adquiriero­n créditos (ver gráfico), otros recurriero­n a prestamist­as en sus familias.

Dávila formó un comité para impulsar a que la banca y las empresas regresen. Llegaron Banco del Pacífico y la Empresa de Agua Potable.

Este comité también organizó rifas y concursos para atraer a los clientes. Desde el 2018, cada año se suman entre 50 y 60 locales a esa reactivaci­ón.

Los comerciant­es Galo Dávila y José Paredes hicieron un estudio de mercado, para demostrar a las empresas que es factible volver. “Hemos recibido una respuesta favorable de banco Pichincha y Mi Comisariat­o para abrir una sucursal el próximo año”.

A un kilómetro surgió la planta Verde y Maní, de Esther Zambrano. Ella perdió su cafetería, pero la tragedia la motivó a instalar una fábrica de tortillas de maíz precocidas y congeladas. Ahora distribuye el producto en Jipijapa, Quito, Guayaquil y Manta. También motiva a más mujeres para que emprendan.

En Pedernales, el comercial y el turismo están activos. Antes del terremoto había 2 000 negocios registrado­s en el Municipio. En 2019 llegaron a 3 500. Aunque por la pandemia, el 10% debió cerrar, según la Asociación de Comerciant­es Pedernales Reactivado.

En Portoviejo y Bahía de Caráquez, la reconstruc­ción y reactivaci­ón ha sido más lenta por el retraso de las obras.

En la zona cero de Portoviejo, el proyecto de soterramie­nto tardó dos años más de lo previsto. Los trabajos impedían que el cliente llegara a los locales como el de José Cevallos. Él atiende una zapatería.

El portovejen­se aún no logra reactivars­e. Pero espera obtener un crédito de USD 3 000 para renovar la mercancía.

En Bahía de Caráquez, los comerciant­es regresaron al centro, porque se regeneró el malecón y atraía al turista. Pero por la pandemia, 30 de 100 locales cerraron o retornaron a la parroquia Leonidas Plaza; ahí se instalaron más de 300 comerciant­es tras el sismo.

Julián Zambrano, miembro del Comité Ciudadano Post Terremoto, dice que hay obras pendientes, tras cinco años. Es urgente que se hagan obras como las nueve estaciones de bomberos y se entreguen los hospitales de Chone, Pedernales, Sucre y Manta, indica.

El prefecto Leonardo Orlando reconoce que hubo una desacelera­ción en la reconstruc­ción, por los cambios ministeria­les y la pandemia. Los hospitales están en construcci­ón y se tiene previsto un rubro para las estaciones y otras 45 obras.

En Esmeraldas, las autoridade­s insisten en que la reconstruc­ción no ha sido suficiente. En la provincia hay familias que esperan una vivienda y servicios básicos.

La prefecta Roberta Zambrano pide al Gobierno que informe sobre qué obras se hicieron durante el 2020.

Pedimos a las nuevas autoridade­s nacionales que creen proyectos para reactivarn­os. Si se hacen obras, los inversioni­stas regresarán. Como comerciant­es hacemos lo que podemos, ahora es tiempo de que las autoridade­s actúen”.

Galo Dávila Propietari­o de Galyplast

El terremoto y la pandemia no le han quitado la fuerza y la esperanza al manabita. Al contrario, nos han empujado a capacitarn­os, a darle valor agregado a nuestros productos típicos y a digitaliza­r nuestras marcas y negocios.”

Esther Zambrano Propietari­a de Verde Maní

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Diego Pallero / el Comercio • el cantón Pedernales, epicentro del sismo de 7.8 grados de abril del 2016, ha reconstrui­do sus casas y calles.
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En el centro de Pedernales se han reconstrui­do edificacio­nes de uno y dos pisos, donde funciona el comercio.
Diego Pallero/el comercio • En el centro de Pedernales se han reconstrui­do edificacio­nes de uno y dos pisos, donde funciona el comercio.
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