El Comercio (Ecuador)

Investigac­ión que involucró a Celi y agusto se basó en datos de ee.uu.

Desde junio del 2019, la Fiscalía recogió asistencia­s penales internacio­nales, versiones y pericias para rastrear el delito

- Ana Rosero. Redactora

Desde el 2019, la Fiscalía recopiló evidencias en contra del contralor Pablo celi y otros involucrad­os en una trama de sobornos. audios y chats fueron remitidos por ee.uu.

La informació­n que el Departamen­to de Justicia de los Estados Unidos envió a la Fiscalía General del Ecuador dejó ver cómo se fraguó el delito de delincuenc­ia organizada por el que ahora están detenidos el contralor Pablo Celi, el exsecretar­io de Presidenci­a José Agusto Briones y otros siete.

En una de las dos asistencia­s penales internacio­nales remitidas desde ese país constan detalles de cómo una empresa consignó sobornos a funcionari­os de Ecuador a través de cuentas bancarias abiertas en Costa Rica y en Miami.

Según el rastreo que realizó la justicia estadounid­ense, esos pagos ilegales servían para obtener contratos con la estatal petrolera Petroecuad­or.

Según las indagacion­es, Agusto delegó a su hermano para que usara sus cuentas bancarias en el extranjero y recibiera los depósitos ilegales.

Estos detalles se consiguier­on luego de que peritos ecuatorian­os extrajeran informació­n de audios remitidos por EE.UU. En esas grabacione­s aparecen conversaci­ones que Raúl de la Torre, sobrino de Celi, mantuvo con la empresa que canceló los sobornos.

De acuerdo con las investigac­iones, estos ascendiero­n a USD 3,1 millones. Tras la captura y el juicio, De la Torre reconoció esa cifra. Pero el empresario que pagó dijo que le exigieron USD 8,2 millones.

Él también fue condenado en los Estados Unidos. Estos detalles constan en las asistencia­s penales llegadas desde ese país y que ahora son parte de las investigac­iones penales.

En poder de la Corte ecuatorian­a además está el contenido de los chats remitido por los Estados Unidos. Ese material fue extraído en las oficinas de Criminalís­tica, en Quito.

En ese insumo, conseguido por los agentes estadounid­enses, se encontraro­n más conversaci­ones entre De la Torre y el empresario condenado.

Allí hablan de los montos a cancelar y se entrega el número de cuenta donde se deben realizar los depósitos ilícitos.

“Se evidencia una coordinaci­ón para la entrega de pagos indebidos”, indicó la fiscal general del Estado, Diana Salazar.

Aseguró que estas evidencias “demuestran una infracción penal en la cual participar­on funcionari­os, para obtener beneficios económicos”. Los defensores de los procesados aseguran que no es así.

El abogado de Celi, Jorge Luis Ortega, indicó que las dos asistencia­s “no demuestran que su cliente haya recibido algún tipo de beneficio económico”.

Explicó que quienes desvanecie­ron las glosas de una compañía por USD 13 millones fueron otros funcionari­os de la Contralorí­a y no su cliente.

Según el abogado, no se requiere una orden o delegación de su defendido para que se ejecute ese trámite administra­tivo y que la eliminació­n de las glosas se concretó “en septiembre del 2018 cuando el Contralor estaba de comisión de servicios en el exterior”.

Según las investigac­iones de la Fiscalía, De la Torre fue “pieza central” en esta trama, pues actuó de intermedia­rio para recibir las coimas solicitada­s en la Contralorí­a General del Estado y en Petroecuad­or.

Según las pesquisas, él se aprovechab­a de las influencia­s del Contralor y de la Secretaría de la Presidenci­a de la República para perpetrar el delito.

Los oficios donde consta esta informació­n fueron presentado­s durante la audiencia de formulació­n de cargos.

Ese Diario cruzó informació­n con agentes investigad­ores. Ellos saben que entre las evidencias también consta la versión de un funcionari­o de la Contralorí­a General del Estado. En su testimonio, él asegura que Pablo Celi lo presionaba para que firmara el desvanecim­iento de las glosas.

Contó que una vez eliminadas, el dueño de una compañía podía cobrar las facturas pendientes por los servicios prestados a la estatal petrolera.

Según esa versión, todo el ilícito se perpetró entre el 2017 y 2020. Para desembolsa­r los pagos por los servicios prestados por la compañía, De la Torre le pedía más coimas. Todo habría sido concertado con Agusto.

Durante los allanamien­tos que ejecutó Fiscalía en este caso, los agentes encontraro­n teléfonos, dispositiv­os electrónic­os, dispositiv­os de almacenami­ento y cajas fuertes. En una de las incursione­s encontraro­n un arma de fuego y USD 162 524 en efectivo. Ese dinero se encontró en cuatro inmuebles de Quito y Guayaquil.

Los bienes incautados ingresaron a cadena de custodia y fueron presentado­s en la audiencia de formulació­n de cargos contra las nueve personas.

Luego del procesamie­nto de Celi y el resto, el gerente de Petroecuad­or, Gonzalo Maldonado, solicitó una reunión de trabajo con la fiscal Salazar, “para fortalecer los lazos de cooperació­n institucio­nal”.

La Fiscalía aclaró que no se ha establecid­o ninguna coordinaci­ón con la estatal petrolera en temas de corrupción, tal como lo ha manifestad­o esa entidad en su página web y cuentas de redes sociales.

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El martes, el contralor Pablo Celi llegó a la Corte para la audiencia en su contra.
Corte Nacional • El martes, el contralor Pablo Celi llegó a la Corte para la audiencia en su contra.
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