Guayllabamba es una opción para la familia
El clima cálido, la gastronomía típica, las frutas de la zona y la presencia del Zoológico de Quito son características que hacen a la parroquia rural de Guayllabamba uno de los principales atractivos para los quiteños durante este verano.
Por esta temporada, el zoológico ya no es una opción solo para el fin de semana, sino que abre sus puertas de lunes a domingo. Su director, Martín Bustamente, recomienda visitarlo de lunes a viernes, cuando se registra menos afluencia de personas.
Ayer, familias desde dos hasta 10 integrantes acudieron a este espacio, en donde se realiza un recorrido de alrededor de dos horas para apreciar a los 500 animales pertenecientes a 90 especies, entre ellas, osos, juaguares, aves, tortugas y monos.
Estos últimos fueron los que más llamaron la atención de Paula, de 6 años. Ella llegó al parque desde Tumbaco, junto con su abuela, Magdalena, y a su papá, José Ron.
Camino a la casa, cuenta el padre de la niña, hay una granja. “Al verla, Paula decía que quiere ver animales, así que se me ocurrió traerla al zoológico”.
El turismo local, admite José, es una alternativa para la crisis económica de las familias que han sido afectadas por la pandemia. “No se gasta mucho y está cerca. Además los lugares abiertos dan más tranquilidad”.
Con él coincide María Martínez, quien acudió al zoológico con su esposo y sus tres hijos, de 11, 7 y 3 años. Ellos se encuentran en su descanso de la escuela. “En esta época no es seguro enviarles a cursos vacacionales, así que preferimos salir en familia y compartir con la naturaleza”.
Su hijo mayor, José, dijo que le emociona la diversidad de animales y el poder compartir con varios, que no ve en su día a día, como los leones.
La zona de los felinos es una de las más llamativas en el parque del Quito Zoo. A varios metros de leones, tigres y jaguares, los visitantes se toman ‘selfies’ y los admiran durante más tiempo que a los otros animales.
En el trayecto, trabajadores del zoológico vigilan que la gente use mascarilla y mantenga el distanciamiento. Sobre el piso, hay círculos pintados para que cada familia se ubique en ellos de forma segura.
También hay letreros que invitan a seguir las normas de bioseguridad. En ellos se leen mensajes como “lávate las manos como el oso” o “mantente con tu manada dentro del círculo”.
En este verano las visitas se han incrementado, señala el director del parque. Llegan a 1 800 personas diarias el sábado y domingo, mientras que entre semana pasaron de 60 a 150. Al momento el aforo es del 30%, lo que significa que en el parque hay máximo 700 personas a la vez. La entrada es de USD 6 para los adultos, 4 los niños y 3 para tercera edad.
Guayllabamba tiene otros atractivos para los quiteños. Jorge Almache, propietario del restaurante El Riobambeñito, cuenta que los visitantes llegan en busca de chirimoyas y aguacates, frutas propias de la parroquia ubicada a 38 kilómetros de Quito.
Probar la comida típica de la zona no puede pasar por alto en la visita. El locro, las papas con cuero, el yaguarlocro y el llapingacho con fritada son opciones que ofrece Almache, desde los USD 5. A su local, que funciona con el 50% de aforo, llegan unas 150 personas diarias el fin de semana.
Fernando Narváez acudió con siete miembros de su familia ayer. Llegaron desde Carapungo con el objetivo de compartir un momento en un ambiente cálido. Luego de Guayllabamba planeaban visitar El Quinche.
Durante las últimas semanas, más gente acude a este y otros locales de Guayllabamba como El Típico Locro, cuenta su propietaria, Inés de Almache. Ella asegura que, con la pandemia, el número de clientes bajó a la mitad, por lo que incluso tuvieron que reducir personal. “Se nota que al estar vacunada la gente siente más tranquilidad y confianza para salir”.