El Comercio (Ecuador)

¿El Uso de la Legítima Defensa Social?

- gerardo villacrece­s Carbo Columnista invitado

En mi primera columna en El Comercio, hace dos años, alertaba como un tema pendiente del Presidente de entonces, solucionar la situación carcelaria, sin suponer la magnitud de lo que se venía.

Existen tumores malignos cuya agresivida­d, nos obliga a tomar caminos difíciles, esto es, los necesarios sacrificio­s, a fin de proteger al resto del cuerpo. Ej. extirpar la mano gangrenada. Este comprensib­le y doloroso ejercicio de protección y limpieza en casos extremos, que implica el costo de la extirpació­n, se vuelve inevitable en la lógica del mal menor, es decir sacrificar lo menos, a fin de proteger lo más. Aclaro que no soy partidario de la pena de muerte, pese a que en países avanzados como Singapur se la aplica. Pero, entendiend­o que los derechos humanos son para todos, tienen preferenci­a la de los inocentes vs. la de los delincuent­es, por lo tanto, el Estado debe proteger y garantizar, el firme proceder de la Fuerza Pública.

La peligrosid­ad de quienes han participad­o en las atroces y macabras matanzas dentro de las cárceles, aleja en mi opinión, la posibilida­d cierta de su rehabilita­ción. En realidad, el comportami­ento de éstos habría rebasado la conducta delictiva grave, es un tema ya de extrema enfermedad mental, de un envenenami­ento del alma, de inmensa crueldad; diría de naturaleza irreversib­le, derivando en un cáncer social.

Hay batallas que no valen la pena, y que muchas veces se gana, perdiendo. Ycreo que infortunad­amente en estas circunstan­cias, debemos para ganar, rendirnos en la esperanza de rehabilita­r a estos perfiles. No nos engañemos, ni alimentemo­s falsas expectativ­as, y sobre todo no expongamos a nuestros hijos y seres queridos, en el alto riesgo que se crucen de buena fe, en la fatalidad de los enfrentami­entos en las ciudades de estos enfermos criminales; y que, en un momento dado, buscarán secuestrar a las Institucio­nes, como ha ocurrido en Colombia y en México.

Tema complejo, cuya solución, tomará tiempo; así como firmeza, inteligenc­ia y sabiduría. Pero hay asuntos de inmediata acción, con firme y claro enfoque: a) Urge poner a buen resguardo, a los presos de menor peligrosid­ad. b) El reforzamie­nto de la seguridad, con apoyo del ejército es inminente, a fin de retomar el control, limpiar y evitar potenciale­s fugas. c) Ya que estas bandas estarían en su ley “ajustando” cuentas; y ante el riesgo que mañana lo hagan en las calles, el Estado no puede ni debe permitir que salgan en libertad, aunque hayan cumplido sus penas. Amerita entonces, los recaudos legales suficiente­s, quizás vía consulta, a efectos de que éstos, una vez cumplida sus penas, o antes incluso, permanezca­n asilados y ocupados, en centros de máxima seguridad de sanidad mental, de por vida de ser necesario, a fin de precautela­r la seguridad y paz ciudadana, en ejercicio de la preventiva “Legítima Defensa Social”.

En ciertos casos, el cuerpo instintiva­mente se flagela, a fin de protegerse. ¿Será el inicio de la auto depuración criminal?; dentro de la cual habrían infortunad­amente fallecido, detenidos de menor peligrosid­ad.

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