Muchas ausencias, en una Cumbre con poco para ofrecer
La migración cambió en los últimos años. Sin embargo, no estuvieron mandatarios de los países de donde salen los mayores flujos de personas.
Lo más sustancial de la cita de mandatarios y jefes de Gobierno de la región fue la suscripción de la ‘Declaración de Los Ángeles sobre migración y protección’. Se trata de un esfuerzo al que se comprometieron los presidentes, entre ellos el de Ecuador, Guillermo Lasso, para tener un ordenado flujo de personas. El presidente estadounidense, Joe Biden, en el momento de presentar la declaración, sostuvo que controlar la migración no se lo puede hacer de forma aislada. Además, las cosas han cambiado radicalmente en estos últimos años. Si antes el tema de la migración irregular se dirigía casi con exclusividad al norte, ahora son varios los países de América Latina los que reciben los flujos de personas que buscan un futuro mejor, como Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, entre otros.
Se resolvió facilitar la migración regular, posibilitar más fuentes de trabajo, pero también se refirieron a que se busque la manera de dar oportunidades en los países de origen. Sin embargo, tres de los países de donde han partido muchos son precisamente los que no fueron invitados a la Cumbre, porque el anfitrión -Estados Unidos- no los considera democráticos: Cuba, Nicaragua y Venezuela. Por solidaridad con estos países, no asistieron la hondureña Xiomara Castro, el boliviano Luis Arce y el mexicano Andrés Manuel López Obrador.
Pese a todo, la IX Cumbre de las Américas podría ser calificado como un mal paso para Estados Unidos, cada vez con menos peso diplomático en la región. Biden y la vicepresidenta Kamala Harris estuvieron presentes en toda la cita. Se les cuestionó la exclusión de los tres países. Cuba, por ejemplo, estuvo en la edición anterior en Lima, cuando, en total asistieron 34 jefes de Estado. Esta vez solo acudieron 24.
Hubo tensiones entre países gobernados por la izquierda y la derecha. Sin duda, posicionamientos así complican aún más una integración necesaria no desde lo retórico, sino desde lo comercial, la seguridad y la defensa común; además de tantos otros temas que este continente debe pensar en bloque.
“Ojalá pudiera ser dos o tres veces más grande, pero eso no quita el mérito de tener un museo del cual ya se puede estar orgulloso”.