Pesadilla electoral
En dos semanas, Estados Unidos, modelo de democracia moderna, celebrará su 59ª elección presidencial, realizadas cada 4 años desde 1788. Este año no solo está en duda el resultado de la votación sino también la capacidad del país de tener elecciones legítimas y una transferencia del poder pacífica. Políticos de ambos bandos están preparándose para una serie de posibles desastres. Aquí hay tres de las posibilidades que los mantienen desvelados. 1) Este año, entre el 30% y el 50% de los votantes, temerosos de las largas filas y los recintos abarrotados en la era del Coronavirus, planean votar a través del eficiente Correo Nacional. La gran mayoría apoyan a Biden, por lo que el partido de Trump está reduciendo el número de urnas en las áreas demócratas, cortando recursos del Servicio Postal para hacerlo más lento, y advirtiendo sobre el avecinamiento de un “fraude histórico” en los votos por correo. Si Trump tiene una ventaja en la noche de las elecciones con respecto a los votos presenciales, pero presiente que va a perder cuando se cuenten todos los por correo, podría afirmar que solo los votos presenciales son confiables y declarar la victoria la noche de las elecciones. Caso cerrado. 2) Como en Ecuador, a cada partido se le permite enviar algunos representantes oficiales a cada recinto electoral, para asegurar que no haya fraude. Este año, Trump ha pedido a TODOS sus seguidores más fervientes, muchos armados, que vayan a las urnas y se queden todo el día, intimidando a los votantes opositores. Además, en caso de una derrota inminente podrían causar disturbios y darle a Trump una excusa para cancelar la votación y declararse presidente bajo estado de emergencia. 3) En casos de disputas electorales federales, los 9 jueces vitalicios de la Corte Suprema tienen la última palabra. La elección de 2000 (Bush-gore) debido a un escándalo en Florida no se decidió hasta que estos jueces declararon ganador a Bush seis semanas después. Actualmente hay una vacante debido al fallecimiento de la jueza Ginsburg y Trump se apresura a llenar este asiento antes de las elecciones para tener 6 jueces que lo apoyarán, contra 3 jueces nombrados por Demócratas en contra. Caso cerrado de nuevo. Las últimas encuestas nacionales muestran a Biden 10% adelante, con solo 6% de indecisos. Esperamos una decisión clara e indiscutible el 3 de noviembre, haciendo innecesarios los votos todavía no contados y obligando al perdedor a ceder pacíficamente. Sin embargo, Trump dice que no aceptaría el resultado si pierde, y que no garantiza una transición pacífica. Solo nos toca rezar para que prevalezcan las cabezas más frías y que personas razonables de todas las tendencias eviten que el país caiga en el caos.