Música para el cerebro
Estudios sugieren que escuchar música académica beneficia de manera increíble nuestro cerebro, por ende, nuestros pensamientos, emociones, memoria y aprendizaje. Se podría pensar que esta categoría hace referencia solo a música clásica, llamada así de manera errónea, pues el clasicismo musical pertenece al lapso 1750-1820, pero no; abarca aquella música docta, de técnica, en su mayoría de parámetros europeos donde se incluyen composiciones medievales, renacentistas, barrocas, románticas y contemporáneas, con base culta. Sin embargo, no podemos limitar la academia a estar formas musicales que se circunscriben a la historia del arte occidental, pues gran base técnica y fundamentos teóricos diversos la poseen otras formas sonoras alrededor del mundo y destaco las composiciones egipcias, turcas, asiáticas, árabes y de Grecia, entre mis favoritas. ¿Cuáles son los beneficios de escuchar esta música? Varios. Indica el profesor Chakravarthi Kanduri, de la Universidad de Helsinki, que se incrementa la actividad de los genes para la secreción de dopamina y la neurotransmisión y se disminuye el riesgo de enfermedades neurodegenerativas como pérdida de la memoria, demencia senil y otras. Cabe indicar que este estudio se basó en las reacciones de un grupo de personas luego de escuchar el concierto no. 3 para violín de Mozart. Para fortalecer nuestro cerebro y alimentarlo de manera adecuada no tenemos que pasar escuchando todo el tiempo a Beethoven, Chopin y Paganini, posibilidad que asusta a una mayoría por falta de comprensión; pero sí podemos ampliar nuestros horizontes auditivos, lo que a la par incrementará nuestra curiosidad por la historia que ciñe, por ejemplo, a la creación de electroacústica de academia y su base matemática, o a producciones contemporáneas de ensamble como la creada por el francés Hughes de Courson entre el clasicismo de Mozart y el orientalismo de Egipto, modernizando y trayendo el pasado musical de una forma única y exquisita. Si escuchar música refinada influye para bien en nuestra genética, accedamos a cambiar los parámetros a los que nos limita el actual sistema comercial que abunda en rimbombancia, pero no en calidad; al principio puede resultar extraño pero una vez que se encuentra la magia, el lenguaje universal de la música nos abre puertas a nuevos y maravillosos mundos con culturas y costumbres propias.