La Balsa Tumbada

Me sorprendió gratamente el artículo de don Roque Mendoza López, donde reclama que su comuna llamada Balsa Tumbada sea dotada de agua.

Este recinto del cantón Junín significa el inicio de mis estudios en una humilde escuela unidocente y sin nombre, creada y dirigida por una gran maestra manabita, doña Pastorita Intriago de Ampudia, graduada en el colegio Normal Rita Lecumberri de la ciudad de Guayaquil.

De regreso a su terruño, enseguida emergió su vocación de maestra, para lo cual visitó a los vecinos del sector que tenían niños en edad escolar y llegó a mi casa y les preguntó a mis padres si ellos tenían hijos en edad escolar. Mi padre, Don Antonio, le respondió: “Sí, nuestro hijo Universi acaba de cumplir 5 años y le pido que lo admita en el primer grado”. En aquellos tiempos no se conocía los jardines de infantes, es decir, la educación inicial, como se dice ahora.

Jamás he podido olvidar el primer día de clases, a pesar de que han transcurrido casi 80 años desde ese día. La improvisada escuelita funcionaba en la planta baja de su humilde casa compartida con su esposo, don Camilo Ampudia. Al poco tiempo. gracias a un exitoso agricultor del sitio, don Celso Bravo, que también tenía hijos de escuela, le cedió un terreno para que allí se construyera la escuelita donde terminé el tercer grado. La