SE VOLVIERON LOS “HIJOS DE BOLÍVAR”
HISTORIAS. VARIOS VENEZOLANOS SE RADICARON EN EL CANTÓN BOLÍVAR Y CUENTAN SUS EXPERIENCIAS.
Transcurría el año 2017 cuando Gilda Belis y su esposo decidieron emigrar a Ecuador, debido a la difícil situación en Venezuela.
Para costearse el viaje, vendieron un auto Fiat. “El auto estaba a 500 dólares al cambio, unos 2 millones 900 bolívares en aquel momento”, dice Gilda, quien hizo el trayecto con su marido, sus hijos Julio Andrés y Natalia Valentina y su sobrino Arnaldo.
Con el dinero se radicaron en Bolívar, a donde meses atrás había llegado una hermana de Gilda. “Salimos de San Juan de Colón, estado Táchira, y nos fuimos directo a Calceta porque allí estaba mi hermana, ella era nuestro punto de apoyo”, cuenta. Gilda vende postres y su esposo labora en un taller.
DULCERÍA. Emprender un negocio de repostería fue una alternativa para otra familia venezolana. Calceta se les pareció a Caripe del Guácharo. “Sentimos mucha nostalgia, era la primera Navidad fuera de nuestro país, tratamos de estar contentos, nos comunicamos por videollamada, hicimos una cena familiar y salimos a ver los fuegos artificiales”, recuerda Gabriela Tillero.
CHOFER. “Dios cuida mi camino”. Así dice en el parabrisas del carro en el que labora Yovani Hidalgo Herrera.
Uno de los primeros trabajos de Yovani fue en un restaurante de Calceta. Allí le prendía una velita a una imagen de Santa Bárbara y oraba por sus seres queridos, en especial por su mamá. Anabel Pachacama, comerciante mayorista de Calceta, contrató a Yovani como chofer hace alrededor de un año.
ODONTÓLOGO. César Muñoz, llegó a “La Sin Par” en agosto de 2017 y pudo homologar sus títulos de odontólogo y de especialista en cirugía bucal y maxilofacial. Muñoz no sospechó que Calceta se parecería a San Juan de los Morros, capital del estado Guárico, de donde provenía él, y donde san Juan Bautista es el patrono. “Casualmente a san Juan Bautista se le hace un homenaje el día de los balseros en Calceta, es algo que se parece mucho a mi localidad”, subraya.
Desde algún lugar, más allá del mundo terrenal, Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar, cuya imagen se ha eternizado en el parque de Calceta, desenvaina su espada, afligido porque su tierra aún es víctima de los gobiernos.