MIS PALABRAS CLAVE PARA EL 2021
Dos jóvenes seminaristas que estudiaban en Argentina para ser sacerdotes tuvieron una singular experiencia.
Ambos pudieron oír, conversar, recibir consejos y ejercicios espirituales de aquel hombre que en los años 80-90 era muy admirado y controvertido, Jorge Mario Bergoglio SJ. Admirado por la visión y sagacidad que tenía para sacar adelante proyectos parroquiales, seminarios de formación, retiros de jóvenes universitarios, gobernar personas. Controvertido, porque no siempre su inteligencia y experiencia motivaban la libertad de las personas y ejercía presión para conseguir sus objetivos. Lo cierto es que la gente se dividía entre quienes amaban a Bergoglio y quienes generaban antipatías contra él. Uno de los seminaristas se llamaba Carlos; muy astuto, ecuatoriano, que estaba en ese seminario por cosas de los superiores. El otro era Fabro; ingenuo, poco peleón, pero que le gustaba ver y entender, aunque siempre aspiraba a más, a otra cosa de mayor madurez, libertad y riesgo. Carlos ya se había adelantado en ello. Desconfiaban de Bergoglio, con todo Fabro le pregunta a Carlos: “¿Te acuerdas de la charla espiritual a religiosos que nos dio Bergoglio, cómo nos pedía que tengamos claras dos palabras si queremos ser sacerdotes del siglo XXI?”
“No, no me acuerdo, dijo Carlos, yo estaba interesado en transformar las estructuras de la Iglesia, de la sociedad, no le puse atención a esa espiritualidad de la interioridad”.
“Ay, Carlos, lo externo que hacemos es producto de un trabajo interior”.
“Y ¿cuáles eran esas dos palabras clave de Bergoglio para ser sacerdotes del siglo XXI?”
“Las dijo en griego, Carlos, no friegues”.
“Eso sí que no me acuerdo, no era mi fuerte”.
“Eran ‘hipomone kai parresia’”.
“¿Qué es eso?”
“Pues tienen muchas acepciones, pero aplicadas a la vida para testimoniar a Dios y ser uno mismo en el siglo XXI significa: ‘aguante’. Sinónimo de esperanza, lo que permanece ‘maino-’, por debajo, ‘hipo’. Y ‘coraje’, saber decir todo: ‘pan –remi’”.
“Fabro, te gustaban esos juegos lingüísticos, ¿cierto?”
“No, son palabras clave”. “¿Palabras clave?”
“Una palabra clave, es siguiendo a Paulo Freire, aquella generadora de sentido y estructura, tu pensar para que sepas actuar. Son palabras-acción, se comprenden cuando se practican y allí revelan su significado”
“Ah claro, eso sí entiendo. Palabras clave son las que aglutinan varias ideas que nos invitan a trabajar por un ideal, se parecen a los conceptos fundamentales de un sistema de ideas o propuestas”.
“Así es, y siguiendo al filósofo Hegel, es lo mismo que él llamaba ‘la paciencia del concepto’. Para comprender la esencia de un proyecto generador de vida, debo entender hacia dónde me lleva y cómo mi esfuerzo de comprensión y articulación de ideas me ubica en el contexto que me toca vivir y así logro transformar o ayudar a la transformación de la realidad”. “Entonces -dice Carlosdime cuáles son tus dos palabras clave para este año, querido Fabro. Las de Bergoglio de los 90 sirvieron y por algo llegó a ser el papa Francisco, líder inspirador de la Iglesia católica de hoy”.
“Así es. Mis dos palabras para el 2021 son ‘discernimiento’ y ‘magis’”. Te comparto mi intuición que deseo desarrollar el 2021. Todos queremos un mejor año. El 2020 fue duro, desanimador. La única forma de buscar la luz y tener lucidez de lo que se puede hacer es con el ‘discernimiento’, la capacidad de dejarme asombrar por lo nuevo y desafiante que hará que sepa, ante todo, sentir lo mejor que debo elegir, y para ello debo clarificar, distinguir y aprender a tomar decisiones. Esto es el discernimiento, parecido a la parresía de Bergoglio, solo con coraje me atreveré a atravesar el túnel de la noche oscura de la fe y del 2020 vivido para buscar luz y tomar las mejores decisiones para mí y para todos.
Y ‘magis’ significa no lo máximo, sino lo mejor. Las decisiones que tome para salir de la crisis de mi vida, de mi sociedad, me hacen mejor ciudadano, mejor cristiano. Siempre puedo dar más, ser más para servir mejor. Y lo mejor, el magis que todos debemos practicar no solo para ser curas, sino para ser hombres y mujeres auténticos, es amar. Pues no se trata de “hacer el amor”, sino de sentir que “el amor nos hace”, nos humaniza, nos constituye en auténticas personas.
Sin amor no se puede existir ni alcanzar la felicidad.
NO DEJA DE SER HUMILLANTE PARA UNA PERSONA DE INGENIO, SABER QUE NO HAY TONTO QUE NO LE PUEDA ENSEÑAR ALGO”.
JEAN BAPTISTE SAY
ECONOMISTA FRANCÉS
EL OBJETO DE LA EDUCACIÓN ES FORMAR SERES APTOS PARA GOBERNARSE A SÍ MISMOS, Y NO PARA SER GOBERNADOS POR LOS DEMÁS”.
HERBERT SPENCER
ESCRITOR BRITÁNICO
UNO DE LOS OBJETIVOS DE LA EDUCACIÓN DEBE SER AMPLIAR LAS VENTANAS POR LAS CUALES VEMOS AL MUNDO”.
ARNOLD GLASOW
ESCRITOR ESTADOUNIDENSE
ES DETESTABLE ESA AVARICIA ESPIRITUAL QUE TIENEN LOS QUE SABIENDO ALGO, NO PROCURAN LA TRANSMISIÓN DE ESOS CONOCIMIENTOS”.
MIGUEL DE UNAMUNO
ESCRITOR ESPAÑOL
ACUSAR A LOS DEMÁS DE LOS INFORTUNIOS PROPIOS ES FALTA DE EDUCACIÓN. ACUSARSE A UNO MISMO, ES MUESTRA DE EDUCACIÓN”.
EPICTETO DE FRIGIA
FILÓSOFO GRIEGO