Metas 2021
Cada 365 días, un buen número de personas se pone metas para el año que está por comenzar. Seguro en esa lista se incluyen los infaltables: bajar de peso, ahorrar, viajar, aprender a manejar y en el recuento final muy poco se ha cumplido. Me ha pasado muchas veces y realmente no se siente bien a la hora del balance anual que seguro hacemos en nuestra mente. Los motivos del incumplimiento son varios: falta de constancia, complicaciones en el proceso, distracciones, desmotivación, etc. Hace dos años me propuse hacer algo diferente. Más que las típicas propuestas, decidí hacer un curso de autocoaching en Guayaquil y la mejor forma de comprometerme fue pagarlo anticipado para que no haya arrepentimiento. Ese proceso no sólo implicaría salir de mi zona de confort y mi rutina, tendría que preocuparme por temas que me causaban ansiedad como movilizarme, alimentarme y salir a conocer gente extraña en una ciudad que he visitado muchas veces, pero no la conozco a profundidad. La conclusión fue muy buena. Tomé seguridad de nuevo, aprendí, socialicé y gané buenos amigos, así que ese “riesgo” valió el esfuerzo e inversión. Y ahora que he vivido un año lleno de temores, cansancio, dolor y también alegrías; me aturde pensar que el 2021 sea similar al 2020, en que la pandemia de COVID-19 cambió la vida de millones y millones de personas. Por eso he pensado en metas necesarias. Quiero realizar esos trámites que he postergado innecesariamente como hacer corregir mi título universitario, exámenes médicos, renovar documentos, bajar las deudas, hacer más cursos en línea, por citar algunos. Obviamente espero que la vacuna contra el COVID sea muy efectiva y podamos gradualmente volver a la normalidad. También pienso dedicar más tiempo a la familia y amigos, y leer esos libros que me esperan en el perchero. Hice un sondeo en Twitter sobre las prioridades de año nuevo y el 47 por ciento escogió amor y salud, un 20 por ciento comprar bienes y otro 20 por ciento invertir en educación; y un 13 por ciento quiere viajar pese a los riesgos. Además, en las respuestas abiertas gente opinó que espera sobrevivir y pagar deudas. Obviamente será un año difícil por temas políticos, será un año difícil en lo económico, pero debemos analizar bien nuestras decisiones para que luego no tengamos que quejarnos sobre la situación de Ecuador. Recordemos que los ciudadanos, con nuestro voto, somos también responsables de lo que pasa en el país. A esto se suma el temor de enviar a nuestros hijos a las clases presenciales, y las consecuencias que se pueden presentar. Es un tema delicado, del que ya se discute y se hacen encuestas. Es necesario que pensemos cada paso que demos para poder vivir mejor en familia y en sociedad.