TAMARA BRIONES RIVERA
jurídicamente vinculante que incorpora toda la gama de derechos humanos: civiles, culturales, económicos, políticos y sociales también para los niños y niñas.
La convención propone cuatro principios fundamentales básicos: la no discriminación, el interés superior del niño, el derecho a la vida, el derecho a la supervivencia y desarrollo y, por supuesto, el respeto por los puntos de vista del niño. Sin embargo, si uno hace una evaluación hoy, luego de 30 años de la convención, parece que seguimos sin haber asumido que la niñez y adolescencia es sujeto de derechos, es decir concebirlos como iguales, tratándolos con el mismo respeto y consideración que a un adulto como usted.
Según un estudio de la PUCE, en Ecuador, hasta diciembre del 2019 alrededor de 1’050.638 niñas, niños y adolescentes estaban en situación de vulnerabilidad. La crisis que ha causado la cuarentena obligatoria puede repercutir gravemente en los empleos y, por ende, en los ingresos de las familias. Esto podría ocasionar que el número de infantes y adolescentes vulnerables llegue a los 2,5 millones de personas. La seguridad social podría ser una garantía para este grupo, sin embargo, el 52% de ellos no tiene ninguna cobertura de este tipo.