¿Quo vadis, Ecuador?
¿A dónde vamos Ecuador?, es la pregunta que martilla mis sentidos. ¿A dónde nos llevará la anarquía, la inseguridad, el caos reinante?
Federico Mayor, cuando desempeñaba el cargo de director del Programa de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), con suma sabiduría dijo que “la paz no es solamente la ausencia de la guerra”, que la verdadera paz es algo que tenemos que construir día a día mejorando la educación integral, fomentando la equidad, la igualdad social, poniendo en práctica la equidad de género, que la justicia sea la aplicación del derecho sin favoritismos ni venganzas personales o políticas, antagonismos ni revanchismos. En nuestro Ecuador se ha despertado una violencia y criminalidad nunca antes vistas. Últimamente, la Fiscalía, los jueces y magistrados solo están dedicados a perseguir a exfuncionarios del gobierno anterior.
Una justicia selectiva no es justicia. Caen presos malandrines reincidentes y al poco tiempo son liberados. Conocidos delincuentes dedicados a la política tienen el descaro de autoproclamarse candidatos a cualquier dignidad. Escogen un juez amigo para presentar un recurso de habeas corpus y por esa vía dolosa obtienen la libertad. Es algo que indigna y el Consejo de la Judicatura guarda silencio cómplice, rara vez