Respeto a Manabí
Parece increíble que en medio de esta descomunal crisis, sanitaria, económica y política que todo el país atraviesa, a una provincia de la importancia de Manabí ya por su aporte a la economía nacional, por su representación electoral, por su población, un empleado público de medio nivel disponga por sí y ante sí arrebatarnos, si esa es la palabra, tres mil dosis de vacunas Pfizer que estaban destinadas a la segunda dosis a ciudadanos residentes en la provincia. Fue tan burda y tan grosera esta acción, que el exministro de Salud Mauro Falconí indicó a El Comercio que “hay intereses de funcionarias que se creen dueñas de la salud y quieren manejar a su antojo las dosis de Pfizer”. Un político comentó que lo que Falconí realmente dijo fue: “¿Qué intereses tienen de vacunar con Pfizer a gente de Pichincha quitando las dosis a gente de Manabí como me hicieron moverlas hoy?” Si es verdad, es sencillamente inconcebible tamaña falta de respeto y lo peor, que muy poco se haya dicho por quienes nos representan y tienen la obligación de defendernos. Si el exministro no lo hacía público, a lo mejor ni nos hubiéramos enterado. Transcurridos los días y viendo las cosas en perspectiva, poco importa realmente lo que haya dicho el exministro. Esta falta de respeto y sentido común lo que hace es ratificar lo que se ha dicho por décadas: los mandos medios, de los que se han quejado hasta presidentes de la República en ejercicio, tienen y han tenido tanto poder que lo ejercen cuando a ellos se les antoja y como aplanadora se pasan por encima de ministros o presidentes, como es este caso el del exministro Falconí, quien renunció por un problema con mandos medios y con terceras personas que no tenían que ver en el tema vacunas. Claro que en ocasiones, estos mandos como que desean ser benévolos y se contentan con colocar trabas, ubicar obstáculos. Pero esta vez, realmente cruzaron la raya. ¡Se atrevieron a jugar con la vacuna en pandemia! Es como quitarle el vaso de agua a un sediento en medio desierto. Probablemente este problema se corrigió. Pero allí no quedan las cosas. El tema es que de ahora en adelante, tenemos que seguir muy de cerca la defensa de Manabí, sus instituciones, sus obras, sus proyectos con cualquier gobierno, del color que sea. El tema es instalar el progreso y el respeto a Manabí.