Ser madre
En este espacio quiero brindar mi cariño a las madres que andan por la vida como pulpos para solucionar los problemas de la casa, el trabajo y de cada hijo. Una vez dije que ser mamá es un poder y sentí que me miraron feo. Para mí lo es, porque los hijos nos dan el poder de estirarnos, multiplicar el amor, el dinero, el tiempo, dominar el cansancio, vencer los obstáculos y convertirnos en heroínas sin capa. Los tiempos han cambiado. Mi bisabuela paterna tuvo 16 hijos y mi abuela paterna 11, mi mamá 4 y yo una hija. Las realidades se han transformado en aspectos sociales y económicos. Mas no el amor que se expresa de diferentes formas. Una de las principales diferencias con las madres del ayer, es que hoy las mujeres que tienen hijos no dejan de lado su espacio personal y se capacitan profesionalmente, trabajan, viajan y adquieren bienes; lo que años atrás no era tan opcional. Admiro a esas madres trabajadoras, que no se ahogan en penas, sino que en la crisis ven oportunidades. Esas madres que en las emergencias no temen manejar en una carretera cuando apenas lo hacen en una ciudad pequeña, como le pasó a mi mamá cuando se enfermó de gravedad uno de mis hermanos. Y qué pasa con esas madres que son capaces de vivir en una ciudad, estudiar en otra y trabajar en una tercera y hacer ese recorrido diariamente con alegría para sacar adelante a su hijo. Y no dejo de reconocer a las madres sustitutas, adoptivas, de acogida, de corazón, las tías; esas que aman sin necesidad de vínculos profundos, pero que tienen esa capacidad de dar protección y hacer dulces los momentos más difíciles. Reconozco el esfuerzo de las madres migrantes, siempre pensé que si tuviera que migrar por trabajo no podría dejar a mi hija; pero a veces no hay opciones. Miles de madres pasaron separadas de sus hijos por años, hasta que pudieron superar obstáculos lograron esa anhelada reunificación. Luisa Cedeño, Lorena Álava, Priscila Vinces, Luisa María Briones, Teresita Muentes (+), y cientos de mujeres con discapacidad hemos demostrado que tenemos la fortaleza para ser madres, y sí seguro nos ha costado un poco más pero hemos logrado educar a nuestros hijos con tesón. Ecuador tiene casi cuatro millones de madres, muchas de ellas mantienen su hogar solas, un alto porcentaje fueron madres a través de cesáreas (44 por ciento, cifra del 2019). Según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición, la edad promedio en la que las mujeres son madres por primera vez es de 21 años. Un gran abrazo a las madres, un guiño a las que ya no están, un buen deseo a las que están recién viviendo esta hermosa etapa de la vida.